David Lebón tomó la determinación de compartir su legado en vida, a través de lanzamientos que denominó Herencia Lebón.
El proyecto, junto con la tendencia de lanzar simples o EP en vez de discos completos, le permite disfrutar de grandes canciones junto a su público de fans de varias generaciones, que se siguen sumando y haciendo crecer su poder de convocatoria al punto de llenar un estadio Movistar Arena en la noche del sábado para celebrar la salida de Herencia Lebón 3.
La gran sorpresa llegó cuando David dijo: «Quiero hacer una parte muy importante para mi hermano, un amigo del alma, que es el señor Carlos García».
Estallaron los aplausos en el estadio y enseguida presentó a un chico de 9 años llamado Carmelo, que se sentó al piano, y a su padre, el guitarrista Palmo Addario. Juntos hicieron Peperina instrumental y el tema principal de la película Pubis angelical, con David en la batería. Se retiraron emocionados y con una ovación.
Entre los varios tramos destacados a lo largo de una extensa noche, sin dudas vale la pena resaltar el conformado por la bellísima “San Francisco y el lobo”, seguida de la delicada “Blackbird” (The Beatles) y la muy coreada “El tiempo es veloz”.
Como así también el desfile de invitados que se fueron acoplando con el correr de los minutos: “Mundo agradable” y en particular “Copado por el diablo” englobaron la impronta de Alambre González a través un visceral duelo de guitarras con el propio anfitrión; la ascendente Luz Gaggi desplegó toda su potencia y exuberancia vocal de raíz negra en “Frecuencia modulada” y “Encuentro con el diablo”; la versión unplugged de “Layla” (Eric Clapton) se vio engalanada por la presencia del muy respetado Luis Salinas desde las seis cuerdas, mientras que la guitarra incandescente de Baltasar Comotto elevó la temperatura del lugar mediante abrasadoras versiones de “Despiértate nena” y “Noche de perros”.
La noche culmino presentando a la banda y pediendo que por favor Pato subiera al escenario para que también recibiera su dosis de aplausos.Un gesto amoroso y generoso que refeja a la perfección la felicidad de David Lebón por este gran momento de su carrera