Desde hace algunos días se viene rumoreando que la jubilación en marzo podría aumentar entre un 17% y un 18%. Sin embargo, aún no hay nada confirmado. Asimismo, también surgió la posibilidad de que haya un bono en marzo, abril y mayo.
De hecho, el incremento se anunciaría entre este jueves y viernes, cuando se conozca el índica de salarios de diciembre, la variable que falta para terminar de definir el porcentaje.
En la actualidad, la jubilación mínima es de $50.124 (brutos) más un bono de $10.000, lo que deriva en $60.146. Teniendo en cuenta el 18% de incremento, la mínima ascendería a $59.146, así el jubilado perdería aún más contra la inflación.
Es por eso que ante la pérdida del poder adquisitivo de los jubilados, se necesitaría un bono de $12.000 por mes para elevar los haberes a $71.146.
Al tratarse de una compensación por «única vez» o «extraordinaria» por la escalada inflacionaria, esos bonos pasaron a ser de manera permanente, y de forma ascendente. Sin embargo, no compensan la pérdida del poder adquisitivo.
Tras la pérdida del 19,5% del poder adquisitivo de los jubilados, surgieron los bonos previsionales. Del mismo modo, el Gobierno de Alberto Fernández otorgó el primer bono en 2019.
En diciembre del 2021 se otorgó un bono de $5.000 en diciembre y en enero del 2020 para los haberes mínimos. Y de $3.000 en abril de ese año.
Mientras que en abril y mayo se otorgaron bonos de $1.500. En agosto, hubo un bono de $5.000 y en diciembre del 2021 un bono de hasta $8.000.
Los dichos del FMI y los bonos del 2022
Entre tanto, el Staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) que selló el acuerdo con la Argentina indicó que el sistema previsional argentino paga haberes muy altos en relación a los salarios, y que se «deben evitar las subas discrecionales de las jubilaciones y pensiones».
Sin embargo, a pesar de esto se dispusieron bonos en abril del 2022 de $6.000 y mayo de $12.000, agosto $5.000, septiembre, octubre y noviembre entre $4.000 y $7.000, diciembre, enero y febrero del 2023 entre $7.000 y $10.000.
Esto pasa porque con la nueva fórmula de movilidad que combina los salarios con la recaudación tributaria no tiene cláusula de garantía o compensación automática ante la inflación. Y los bonos sólo lo perciben aquellos jubilados y jubiladas que cobran los haberes mínimos.
Cabe destacar que los bonos no se encuentran dentro del haber, porque sólo compensa a una parte de los jubilados, por lo que los ingresos mes a mes de los jubilados vuelve al nivel del «pre-bono». Es decir que se necesitan más bonos para compensar la pérdida del poder de compra.
Por su parte, el bono no forma parte de futuros incrementos jubilatorios, por lo que la pérdida del poder adquisitivo es más significativa.
En contrasta, aquellos que no perciben bonos que son alrededor de 2 millones de jubilados y pensionados, no tienen ningún tipo de compensación y absorben, con una baja en términos reales de sus haberes, la pérdida total ante la inflación.
Por último, sin los bonos la fórmula de movilidad durante el 2022 arrojó un 72,5% contra una inflación anual del 94,8%. Una pérdida de alrededor del 12%.