Tràs los pasos de Gardel
¿Por qué tus alas, tan cruel, quemó la vida?
¿Por qué esta mueca siniestra de la suerte? Quise abrigarla y más pudo la muerte Cómo me duele y se ahonda mi herida Yo sé que ahora vendrán caras extrañas Con su limosna de alivio a mi tormento Todo es mentira, mentira es el lamento Hoy está solo mi corazónGardel y Le Pera
Ricardo Miguel Sanchez no olvidarà jamàs la primera vez que oyò cantar a Gardel. Ese dìa la magia del morocho del abasto lo atrapò para siempre. A medida que aquella voz derramaba làgrimas en cada nota del tango “Sus ojos se cerraron”, Ricardo pensò en su viejita. Imaginò la casa sin ella y lo aquejò un dolor innominado que se reflejò en el vacìo de aquellos acordes que tocaban sus fibras màs ìntimas. Y en ese impulso de amor corriò a abrazar a su madre.
A partir de ese dìa buscò otras canciones. Fue por primera vez a un cine y la estampa de Gardel terminò de deslumbrarlo. Su voz se le pegò para siempre y al volver a casa lo hacìa tarareando las melodìas tangueras que parecìan salidas de un sueño.
Pasaron los años y un encuentro fortuito con Roberto Forcinito y Juan Ricaud le abriò una puerta para recorrer las calles que Gardel y Razzano, alguna vez, transitaron como mùsicos ambulantes. A partir de allì crearon el trio Gotan y Ricardo adoptò el nombre artìstico de Ricardo del Barrio y Roberto añadiò De Barracas.
Los barrios de San Telmo y la boca los escucharon cantar en sus veredas y frente a restaurantes. Los turistas se agrupaban en torno al trìo y muchos los contrataban para cumpleaños y presentaciones. En aquellos años vivieron la bohemia de la mùsica y milagrosamente la caja de pandora del pasado liberò todos los recuerdos. El grupo durò desde el 2001 hasta el 2006 y luego se separaron. Hoy en dìa Ricardo vive en Brasil, Juan en Barcelona y con Roberto han perdido todo contacto.
Sin embargo aquèl trìo Gotan marcò un camino que luego recorrerìan muchìsimos mùsicos. Con la excelencia en sus presentaciones, las guitarras gardelianas, como detalla Ricardo, cuya voz mantiene intacta la cadencia tanguera, nacida del arrabal y las calles de Buenos Aires, supieron hacerse un lugar en las callecitas empedradas del viejo barrio de San Telmo.
Y que recuerdos le trae la experiencia de aquellos años?
__ Y…mucha nostalgia. Responde Ricardo. Fueron tiempos felices. Eramos lo que soñamos siempre ser. Hacìamos lo que amabamos y a la gente le gustaba. Podìamos transmitir esa energìa de la mùsica, asì como la sentì yo cuando escuchè por primera vez a Gardel.
Siempre tocaban juntos?
__ A veces tocaba con un amigo de esos que la vida convierte en hermanos. Se llamaba Juan Pedro Bogado, un exìmio guitarrista. Solìa pasar largas tardes en su casa y por supuesto despuntabamos el vicio de cantar tangos como puede apreciarse en el video donde Juan toca magistralmente Desde el Alma en un geriàtrico de Remdedios de Escalada. Detràs suyo aparece la dueña del geriàtrico, mi esposa y yo.
Como corolario de la presente nota se agregan los videos con un reportaje a Ricardo donde nos relata la historia del tango y por supuesto la emotiva interpretaciòn de Juan Pedro Bogado en el geriàtrico de Remedios de Escalada.
Es increible como una canciòn puede cambiar una vida o acaso darle sentido. Definir un espìritu. Dibujar sonrisas en el vacìo de las làgrimas. Quizà ni Gardel ni Le Pera imaginaron allà por 1935, cuando compusieron Sus Ojos se cerraron, que despertarìan con la fuerza de un volcàn el amor de un hijo y la felicidad de su vida. Y a travès de èl la de cientos ocultos en el anonimato de las calles que podìan llegar agobiados de penas o problemas y que en ese magico instante en que la voz del cantor rasgaba el velo del silencio, ya nada volvìa a ser igual. Y es que hasta el destino màs maula se oculta entre las sombras cuando llora una guitarra.