
“Todo se repite eternamente: el día y la noche, el verano y el invierno…, el mundo está vacío y no tiene sentido, todo se mueve en círculos. Todo pasa: el bien y el mal, la estupidez y la sabiduría, la belleza y la fealdad. Todo está vacío. Nada es verdad. Nada es importante. Solo el amor con su esperanza puede vencer a la nada”
La historia sin fin
MICHAEL ENDE
Dentro de las redes hay sueños que se convierten en mundos. Es el caso de Mientras Tanto, el espacio creado por Alejandro Labrone, que día a día supera todos los pronósticos y rompe sistematicamente sus propias métricas.
Dentro del universo “mtero” _ como se hacen llamar_ coexisten grupos de arte, de meditación, viajes y eventos que congregan a miles de internautas que parecen huir de aquella nada que narra la historia interminable, del vacío y la soledad.
MT cuenta con varios espacios bien diferenciados: La más concurrida es MT central, que es la página que uno ve ni bien ingresa al sitio.
Allí aparecen, por ejemplo, propuestas integradoras donde alguien pide que suban fotos con prendas de un determinado color o también de índole filosófico cuestionando el amor y la infidelidad. Hay reacciones, avatares y gif de amor o risas que integran a los que se animan a participar. Se desata una guerra silenciosa de suspiros animados y guiños disfrazados de “me encanta” entre hombres y mujeres. No falta el humor y tampoco la tristeza cuando algún integrante sufre alguna perdida.
“ MT tiene el alma de una familia” dicen convencidos. Y el halo de la leyenda del puente del arco iris vuelve del sueño más vívido de Leprechaun a los simples mortales.
Cuando coinciden esos avatares anónimos en un boliche sucede el milagro. La música rompe barreras y no hay diferencias ni grietas: solo un puñado de personas – parafraseando a Iván Noble- “pungueando sueños a la vida para ser felices” A eso se suman Los vivos en el sitio, el programa de streaming, las parejas que se forman dentro del grupo y con el dulce hechizo de un beso cambian su destino.
Y todo a partir de un sueño, un susurro del cielo que hoy sana dolores pasados, junta las almas rotas en un abrazo sin tiempo y puede más que la melancolía de pensar la vida en un escenario vacío. Como enseña la película “The neverending Story”, allí cuando todo se derrumba y parece el final irrumpe una luz irresistible: en las horas rotas del silencio alguien sonrie, los labios ausentes pronuncian un nombre y la nada y su miedo le tienen finalmente miedo al amor y su esperanza.
El valiente que desee aventurarse en MT tiene una sola consigna: abrir las puertas de su corazón…
En ese lugar donde habitan los sueños la felicidad no es el destino, sino el camino….