Las compras por internet, el uso de plataformas de delivery o compras por teléfono tuvieron un importante crecimiento desde que empezó el aislamiento obligatorio por coronavirus, y muchas personas pudieron ser víctimas de ciberdelitos o robos de datos de tarjetas. Carlos Teray, ingeniero y máster en sistemas y redes telecomunicaciones, explicó que hay distintas modalidades de estafa de las que la gente debe conocer.
“Las tarjetas en general son susceptibles a estafas por robo de tarjetas, clonación o por ingeniería social, son los 3 métodos para obtener los datos”, señaló Teray
“La clonación de tarjeta sucede cuando uno va a un cajero, dentro del cajero hay una tarjeta copiadora que saca los datos de la tarjeta, y a su vez suelen poner cerca una cámara por la que observan cuál es el código de seguridad y con esos datos la clonan”, detalló el especialista, y dijo que en otros casos la tarjeta se queda trabada en el cajero y después pasan y la sacan.
Contó que una estación de servicio que tenía un sistema de clonación de tarjetas: “Pasaban la tarjeta y la clonaban sobre una banda magnética de otra tarjeta de cualquier cosa, como de videojuegos. Lo único que necesitan es el código de seguridad, y miraban a la persona cuando lo ponían delante de los empleados”.
El problema de estos delitos es que son “robos silenciosos”, porque la persona no se entera que fue víctima de esto hasta que no le llega en resumen de la tarjeta y encuentra compras que no realizó.
La ingeniería social tiene que ver cuando la víctima recibe un llamado, por ejemplo de un banco, donde con algún pretexto le piden los datos de la tarjeta de débito y de crédito, y luego con esos datos hacen compras por teléfono.
Ante esta posibilidad, Teray sostuvo: “Los bancos jamás piden datos de la tarjeta de crédito y cuando hay un problema lo llaman al cliente para que directamente vaya al banco por si hay que firmar algún papel, y recién ahí se inicia trámite por ejemplo de cambio de tarjeta”.
Un cuidado que Teray destacó que se debe tener es cuando la persona va a un comercio no entregar una tarjeta y permitir que se la lleven a un lugar lejano, donde no se puede ver que pasen la tarjeta por el posnet específico.
Respecto a las compras por internet, el especialista manifestó que tienen cierto nivel de seguridad: “Si es una página estándar, donde se rellenan campos y son empresas conocidas, en el inicio del link aparece un candadito que su uno pone el cursor dice que es un sitio seguro”.
Dijo que algunos sitios se parecen a los de una marca o empresa, pero no es el sitio oficial “y ahí es posible que te roben, con el candadito es muy raro que haya problemas. En los sitios oficiales esa gente se está responsabilizando que esa compra es segura, está tobo bien regulado y con niveles de seguridad aceptables. Pero hay que entrar a sitios reconocidos, en sitios extraños conviene no hacer una compra”.
Señaló que quizás aquellas personas que comenzaron a usar internet para hacer compras o trámites durante la cuarentena, no esté muy al tanto de cómo funciona por lo que es más fácil que se equivoque o que sea engañado.
Según Teray, el caso de las salas virtuales para hacer videollamadas entre varias personas, como la plataforma Zoom, presentaron algunos problemas de seguridad. Uno de ellos es que terceras personas se puedan agregar a una conversación y escuchan lo que los participantes hablan.
Si bien aún no está claro que haya pasado, se habló de otro punto más grave, y que demuestra debilidad en el sistema, debido a la posibilidad que una persona pueda acceder a los datos de la computadora, lo que sería un hackeo.
“Lo fundamental en todo esto es tener sentido común. Donde uno ve que hay algo extraño retirarse. Si lo llama una persona pidiendo datos complicados, cortar la comunicación. Nunca dar información personal a terceros a través de una comunicación telefónica donde la identificación de la otra persona no es fehaciente”, destacó Carlos Teray.