El Millo dio vuelta la serie, venció por 2-1 a Gremio y alcanzo el pasaje a la final de la Copa.
River Plate venció por 2-1 a Gremio de Porto Alegre y obtuvo su sexta clasificación a una final de Copa Libertadores, sacando rédito del doble valor de los goles alcanzados en condición de visitante.
Un penal convertido por Gonzalo Martínez, a los 50 minutos de la segunda parte, le otorgó el pasaje a la definición al conjunto de Núñez, que esperará al ganador de la llave entre Boca Juniors (2) y Palmeiras de Brasil (0) para saber el rival que tendrá en la eliminatoria decisiva.
Pero esa anotación definitiva estuvo cargada de polémica, ya que el árbitro Andrés Cunha debió apelar a la utilización del Video Assistant Referee (VAR), luego de que el uruguayo no apreciara, en primera instancia, una mano de Bressán en el área ante un disparo del ingresado Ignacio Scocco.
Gremio, campeón en la edición 2017 de este máximo torneo continental, se había puesto en ventaja con un remate de Leonardo Gomes (Pt. 35m.).
Mientras que la escuadra de Núñez estableció la igualdad por intermedio del colombiano Rafael Santos Borré (St. 36m.), con un golpe de cabeza.
El equipo del DT Marcelo Gallardo (por su suspensión vio el partido en un palco; sin autorización para emitir indicaciones aunque se lo pudo observar con un handy) se paró en campo rival con una clara postura ofensiva.
Con el colombiano Quintero como eje en la generación de juego, el conjunto «millonario» arrinconó al campeón vigente de la Copa, que se vio obligado a defender casi en su propia área, sin siquiera posibilidades de sacar las esperadas contras.
Es cierto, River intentó en el cuarto de hora inicial, con un disparo ancho de Rafael Borré, quien recibió una asistencia quirúrgica de su compatriota Quintero (1m.) y con un tiro de media de distancia de Leonardo Ponzio que el guardavallas Marcelo Grohe envió al córner (9m.).
A los hoy conducidos por Matías Biscay les faltó serenidad en la zona de sentencia porque, incluso, las trepadas de Gonzalo Montiel (por derecha) y Milton Casco (izquierda) sugirieron criterio y peligro.
River, que también mostró autoridad con un Pinola que jugó prácticamente en la mitad de la cancha, asfixió al elenco «tricolor» y estuvo muy cerca de abrir la cuenta con un remate de Ezequiel Palacios que se fue apenas arriba (27m.).
Pero el fútbol también se puede explicar a partir de la eficacia y los conducidos por Renato Gaúcho hallaron oxígeno, en la primera chance concreta que dispusieron en ese capítulo inaugural.
A los 35 minutos, después de un tiro de esquina ejecutado en forma defectuosa, el lateral Leonardo Gomes metió un remate desde fuera del área que se desvió ligeramente en Pratto y descolocó a Armani, convirtiéndose en la apertura de la pizarra. Gremio estaba 2-0 en el global y adquiría una tranquilidad que no se percibió durante la media hora inicial.
River sintió el impacto de la conquista rival y le costó generar situaciones como para empatar, más allá de un remate a colocar de Borré, que se fue desviado (42m.).
Tras las charlas en vestuarios, el DT Biscay mandó adentro a Gonzalo «Pity» Martínez en lugar de un inexpresivo Ignacio Fernández. Pero el conjunto de Porto Alegre modificó su postura, se adelantó en el terreno y empezó a dividir la posesión del balón.
El equipo visitante ya no mostró fluidez en el traslado (la lluvia, más intensa, también complicó), mientras que Gremio se sintió cómodo no sólo con la ventaja sino con la zona de la cancha en la que eligió jugar.
Además, el ingreso de Everton le permitió a los brasileños adquirir profundidad, aprovechando los espacios que quedaban por el adelantamiento del conjunto de Núñez.
En una de esas incursiones, sobre los 22m., el ingresado delantero dispuso de una situación clarísima pero demoró tanto el remate que permitió la tapada de Armani.
Ya con poco orden y apelando al envío de centros desde distintos puntos, River confundió los caminos y le facilitó la labor a un Gremio que buscó siempre cortar el ritmo.
El zaguero local Geromel siguió comportándose con solvencia y -prácticamente- neutralizó la mayoría de los tibios embates de un elenco «millonario», que ya había perdido la brújula y dependía de un milagro para marcar dos goles y remontar la historia.
Un tiro libre al área trajo incertidumbre al resultado final, cuando el colombiano Borré, mediante un cabezazo, estableció la paridad (36m.). Quedaba tiempo para soñar.
Y en el minuto 41 se produjo la maniobra que modificó la historia del partido. Scocco remató y encontró la mano abierta de Bressán. Pero el árbitro Cunha, de primera impresión, no la advirtió. Y debió recurrir al VAR para justificar su decisión. Una vez que le avisaron desde el control, el uruguayo cobró el penal, expulsó a Bressán y le dio a River una chance inesperada, por el desarrollo del segundo tiempo, sobre todo.
El disparo del «Pity» Martínez se tradujo en gol y permitió la algarabía de los más de 3.000 hinchas «millonarios» que se acercaron hasta el Arena do Gremio de Porto Alegre.
River, campeón en las ediciones 1986, 1996 y 2015, se instaló en la final y ahora aguarda rival.