Las sobrevivientes tienen 19 y 21 años y son hermanas. Habían emigrado en noviembre con una promesa de empleo.

Según la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), las jóvenes habían emigrado el 20 de noviembre a Guatemala.
Los padres de las hermanas formaban parte de un grupo de mensajería cristiana y tenían un vínculo con una persona guatemalteca que residía en los Estados Unidos. Las jóvenes le habían manifestado al hombre su deseo de poder emigrar.