Más que Riesgo País, Riesgo Divorcio: el impacto de la convivencia prolongada forzada en las parejas argentinas.

Segundo día del aislamiento social obligatorio y se aleja la idea de que el hogar familiar es un campo de rosas. En la convivencia full time con la pareja aparecen tensiones, rivalidades, hastío y también el temor a la pandemia. Especialistas aportan reflexiones para sobrevivir al confinamiento por el coronavirus sin divorciarse.

¿La cuarentena atenta contra el amor? ¿Cuántas parejas se llevará puesta? ¿Habrá récord de demandas de divorcio como se registró en las últimas semanas en la ciudad china de Xi’an, entre una de las tantas consecuencias que produce el aislamiento forzado?

Entre memes y chistes que ganan velocidad en las redes sociales, hay quienes arriesgan a responder que la pandemia del coronavirus terminará separando las parejas que sean necesarias. Y hasta plantean resultados estadísticos a priori: 20% irán por el casamiento, 30% por el hijo y el 50% restante se separarán.

Los argentinos empezamos a transitar una experiencia inédita tanto a nivel colectivo, individual y de pareja. Hay testimonios y situaciones de todo tipo: desde cónyuges sorprendidos porque pueden disfrutar de momentos juntos que antes no tenían, hasta los que comienzan a sufrir las tensiones y molestias de vivir sin salir de la casa. En el medio aparecen las discusiones sobre quién de los dos se encarga de las tareas del hogar y, en el caso de los que tienen hijos, de su atención y cuidado.

Convivencia “24 por 7”

Para reflexionar sobre la convivencia “24 por 7”, el nuevo modo de vida que impone la situación sanitaria mundial, Infobae consultó a psicólogos, sexólogos y especialistas en lifecoaching. Quienes trabajan a diario con la temática de las relaciones de pareja reflexionan acerca de lo que algunos ya denominan “Riesgo Divorcio”, tan preocupante como el famoso “Riesgo País”, el índice que rige la vida financiera de los argentinos y que por estos días se disparó superando los 4.000 puntos.

“Estamos ante un momento que produce mucha incertidumbre y angustia y es un gran desafío poder sobrellevarla con la pareja”, admite Mauricio Strugo, psicólogo y sexólogo, especialista en parejas.

“Es que habitualmente estamos acostumbrados a compartir con nuestras parejas poco tiempo del día, incluso cuando nos vamos de vacaciones solemos tener actividades fuera de nuestras casas. Pero en este caso nos toca convivir 24 por 7, un modo de convivencia que puede generar discusiones, irritabilidad, ansiedad por la situación y angustia de no saber lo que va a ocurrir”, amplía a Infobae el autor del libro “Padres o parejas”.

Testimonios para reconocerse

Desde su hogar en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, Romina (42) -casada, tres hijos de 7, 10 y 12 años- cuenta a este medio que la rutina de su aislamiento la tiene ocupada haciendo home office, al igual que su marido, y un cúmulo de malabares para atender la casa y los chicos que dan vueltas entre tele, consolas, móviles y comida.

“A poco de comenzar la cuarentena surgieron momentos de tensión, sobre todo quién de los dos tiene más derecho a estar sentado sin hacer nada. En un momento respiré hondo y decidí no discutir más porque quedan muchos días de encierro por delante”, confiesa en su mensaje por WhatsApp que acompaña con varios emojis de relax.

En la zona norte de la ciudad, Luciana (35) y Fernando (38), casados hace dos años y sin hijos aún, coinciden en que este tiempo de aislamiento les está sirviendo para conocerse mejor. “Es un momento complicado y por eso aportamos nuestro granito de arena cumpliendo la cuarentena obligatoria. Pasamos el tiempo mirando una serie, haciendo una receta de cocina o recordando una canción que nos gusta y nos trae buenos recuerdos. Pienso que esta situación nos tiene que servir para valorar todas las cosas buenas que tenemos», destaca Luciana a Infobae.

El clima de pareja, y por ende de la familia, se torna más tenso en hogares como el de Francisco (51) y Leticia (45), dos hijos adolescentes, en el sur del conurbano bonaerense. “Estamos todos nerviosos porque esta situación afecta nuestro trabajo y economía familiar: tenemos un negocio de indumentaria y hoy eso no es una necesidad imperiosa y debemos hacer frente a los gastos sin ventas. Todo eso impacta en nuestro trato de 24 horas bajo el mismo techo”, cuenta Francisco, sin vueltas.

Chistes y memes para liberar la angustia

“En los momentos de crisis social se pone a prueba la consistencia de los vínculos de pareja. El confinamiento forzado por el coronavirus es una prueba de fuego para la pareja”, asegura María Fernanda Rivas, psicóloga y psicoanalista, integrante del Departamento de Familia y Pareja de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y autora del libro «La familia y la ley. Conflictos y transformaciones”.

Las parejas están ante un enorme desafío, coinciden los especialistas consultados por Infobae. Y en las redes sociales se jactan de esa situación. “Todo nuestro apoyo a los casados en estos días de confinamiento. Los solteros y divorciados saldremos mañana a los balcones a las 22.00 a aplaudirlos. Mucho ánimo, todo va a salir bien”, dice el texto de un meme que suma likes y carcajadas.

Rivas explica: “La cuarentena y la sensación de encierro requiere de un procesamiento a nivel social. A partir de una vivencia de catástrofe como la que estamos atravesando, los chistes y memes que circulan por WhatsApp y redes sociales, son una forma de elaboración de esas angustias”.

La psicoanalista Rosalía Álvarez, coordinadora del Departamento de Familias y Parejas de APA, también reflexiona sobre el humor ácido y directo que apunta a las parejas como blanco de desdicha. “Hay chistes que son muy significativos. Sucede que las parejas que ya estaban mal, discutiendo mucho e inmersas en una convivencia difícil, y llegan así a esta cuarentena, en este período de encierro, la situación irá camino a blanquearse”, asegura la profesional.

El espacio propio y el sexo

Realizar un organigrama que distribuya las tareas de la casa, una suerte de reglas de convivencia, es clave para aportar armonía a la cuarentena. Pero también, subrayan los especialistas, es necesario respetar los espacios y silencios del otro y, especialmente, poder acercarse uno al otro y tener intimidad sexual.

Apuntan que es recomendable que la pareja no comparta todo el tiempo juntos. Es beneficioso que cada uno tenga tiempos personales para leer un libro, mirar una serie o conectarse con sus afectos por chat o redes.

“Si uno de los integrantes de la pareja está con home office, por ejemplo, que el otro pueda seguir trabajando sin ser interceptado. Escuchar música, mirar una película, cocinar, en definitiva, la pareja va a sobrevivir al encierro si pone andar su creatividad y mirada optimista”, aconseja Álvarez.

“Los integrantes de la pareja -resalta Rivas- necesitan mantenernos en contacto con integrantes del afuera. Son maneras de ir transitando la angustia. Por eso, la cuarentena es un buen momento para aprender a respetar los silencios del otro”.

Y como sexólogo, Strugo apunta que es súper recomendable que la pareja pueda acercarse y tener intimidad sexual porque está comprobado que la sexualidad sirve para paliar la angustia, para desestresarse, e incluso también, al ser una actividad placentera, mejora nuestro sistema inmunológico. La sexualidad es un refugio para poder lidiar con la angustia y la incertidumbre”.

Darle un sentido a la cuarentena

Rivalidades, competencias, celos. Enojos, angustia, miedo. Todo sale a la luz en los días de encierro forzoso. La coyuntura también ofrece oportunidades a las parejas. En medio de tantas emociones fuertes, la cuarentena requiere un sentido por parte de los integrantes de la pareja, sostiene Daniel Rosales, titular de la Fundación Escuela Latinoamericana de Coaching (ELAC) y presidente de la Federación Internacional de Coaching Ontológico Profesional (FICOP).

“En estos días es necesario reflexionar qué nos trae esta cuarentena: si se resiste es probable que se empiecen a generar estados de ánimo de ansiedad o estrés que provocan conflictos de pareja y familiares; pero si se piensa en términos de que es una enorme oportunidad para que la pareja construya algo diferente, aceptando que es diferente porque es una convivencia dentro de un marco que no es el habitual, se generarán emociones de apertura y de cuidado mutuo”.

“En síntesis -señala Rosales- si la pareja le da un sentido transformador, más allá del sentido de que estamos cuidando la salud de todos, puede constituirse en una gigantesca oportunidad para fortalecer la convivencia, realizar proyectos simples -acciones lanzadas hacia adelante- desde el arreglo de algo en la casa, ordenar la biblioteca o poner en valor un mueble, hasta el proyecto más importante: conversar productivamente, es decir, diseñando futuro”.