Cuidar la salud con distanciamiento obligatorio y la necesidad de no detener mucho más de lo que se detuvo la productividad económica hizo implementar al teletrabajo, modalidad que dio resultados inmediatos a las empresas que buscaron rápido nivel de flotación. Esto obligó que la Cámara de Diputados de la Nación diera media sanción al proyecto de ley con 214 votos a favor, uno en contra y 29 abstenciones.

Antes y después de lo sucedido en el Congreso de la Nación, todos los sectores gremiales, empresarios y jurídicos analizaron con detenimiento lo que la Cámara baja de la Nación dará sanción definitiva el próximo jueves.
Uno de esos sectores que se expidió enérgicamente tras la sanción de diputados fue el Movimiento de Pequeñas y Medianas Empresas (MOPyME), que dijo: “Es incomprensible que se debata la ley de teletrabajo en este contexto. Coincidimos con la UIA, el Foro de Convergencia, IDEA, la Asociación de Bancos ABA y Argencon, que esta ley que cambia radicalmente las condiciones de contratación tiene que ser consensuada con los empresarios, tanto de los grandes holdings como de las pequeñas y medianas empresas”.
El diputado nacional Omar De Marchi (PRO), quien sobre la ley dijo: “Esta ley, la verdad, no es buena, es propia del Estado argentino, que cuando ve que alguna actividad empieza a moverse, automáticamente empiezan a imaginar cómo complicarla y cómo ponerle obstáculos. Que, bajo la consigna de beneficiar al trabajador, en el fondo lo único que hacen es complicarlo más. Al complicar más la actividad, esto hace que el empleador no tome empleados por ese viejo axioma argentino de que, para defenderte complico al que da trabajo y en consecuencia el resultado final es que nadie da trabajo”.