Viajar es una experiencia más que gratificante. Pero para asegurarse una buena estadía, con preparar el itinerario y las valijas no alcanza. Existen algunas cuestiones que, según el destino elegido, deben ser tenidas en cuenta para que la experiencia sea realmente placentera.
Ya sea por el tipo de traslado o el destino elegido, el viaje puede someternos a diversos factores que pueden alterar nuestro bienestar. La consulta médica semanas antes de viajar debería ser parte de la planificación para evitar riesgos según el destino y las actividades a realizar. Por eso, en función de la elección y los antecedentes de salud individuales, es importante compartir algunas recomendaciones para disfrutar mejor de nuestras vacaciones.
En primer lugar, es imprescindible contratar un buen seguro médico por los días que se estará fuera del país, lo que resultará muy útil ante cualquier eventualidad.
Una lucha contra el tiempo
El jet lag, también denominado «trastorno de desfase horario», es un problema temporal del sueño que puede afectar a cualquier persona que viaja velozmente a través de múltiples husos horarios.
Muchas veces, al viajar, se eligen destinos donde hay una cantidad importante de horas de diferencia respecto al país de origen o punto de partida. Hay personas a las que realmente les cuesta adecuarse a estos cambios de tiempo. Esto se debe a que el cuerpo tiene su propio reloj interno o ritmos circadianos, que le indica cuándo debe permanecer despierto y cuándo debe dormir. El jet lag se produce porque este reloj del cuerpo está todavía sincronizado con el huso horario original, en lugar del horario del destino elegido. Cuanto mayor sea esta diferencia horaria, mayor es la probabilidad de que experimentar este trastorno que puede provocar fatiga diurna, malestar, irritabilidad, dificultad para mantenerse alerta, confusión en la toma de decisiones o al hablar, falta de memoria o apatía, alteraciones en el patrón de sueño y problemas digestivos o gastrointestinales.
El jet lag es temporal, pero puede reducir significativamente el bienestar de las vacaciones o viaje de negocios. Afortunadamente, hay medidas que pueden ayudar a prevenir o minimizar sus efectos. Existen algunas claves y recomendaciones para eludir los molestos síntomas de este síndrome que afecta más a los niños pequeños, a los adultos mayores de 65 años y a quienes a atraviesan varios husos horarios.
Un concepto fundamental para disminuir los efectos e inconvenientes de esta sensación distinta, que llamamos jet lag, es configurar la hora de los relojes, incluso antes de subir al avión, con el horario del destino. Esto ayudará a predisponerse mejor al cambio de tiempo del lugar a visitar y mitigar los efectos negativos del desfase. Algunas veces, al viajar a destinos donde la diferencia horaria es muy importante, como resultaría de viajar a un destino en las antípodas de nuestro país, como Australia, Japón o India. En esas circunstancias es importante desarrollar estrategias de modificación del sueño para evitar el insomnio durmiendo en distintos horarios y, en caso de requerirlo, en la consulta con el médico se puede indicar alguna medicación inductora del sueño o melatonina.
Trombosis venosa profunda
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Otro problema frecuente de salud en los viajeros, sobre todo en los adultos mayores o los diabéticos, es el de la trombosis venosa profunda (TVP) que puede aparecer luego de permanecer mucho tiempo sentados y sin moverse. Este trastorno puede ocurrir aún en personas que no tengan enfermedades previas o que las predispongan.
Muchas veces los traslados en avión, bus de larga distancia o cualquier otro medio de transporte pueden implicar un itinerario de viaje de muchas horas sentado. La TVP sucede porque cuando las piernas están flexionadas por largas horas, la sangre puede no circular adecuadamente de los pies hacia el corazón, y esto genera coágulos o trombos. Esto puede producir hinchazón y dolor en la zona afectada.
Además, si se forma un coágulo existe el riesgo de que éste se desprenda y viaje hacia otras partes del cuerpo cuando la persona baje del avión y camine causando complicaciones muy serias de salud. En esos casos, el trombo puede ir hacia las venas de la pelvis, el abdomen o el corazón y hasta llegar a los pulmones donde daría paso a una embolia pulmonar que es una condición de extrema gravedad que puede comprometer la vida del paciente.
Existen, además, condiciones que pueden predisponer a desarrollar una TVP durante un viaje. Entre las más frecuentes se encuentran los adultos mayores, las embarazadas, las personas con várices en pies y piernas, obesidad, diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), insuficiencia renal, enfermedades oncológicas no controladas o con insuficiencia cardíaca.
Si el viajero tiene antecedentes de dificultades en la circulación como várices, tromboflebitis u otras, es importante que consulte a su médico. Los riesgos pueden disminuirse cuando se planea el viaje con semanas de anticipación y se busca la orientación del médico que, según el caso, prescribirá medicación oral o inyectable, considerando su destino, tiempo de vuelo y el momento más apropiado para la toma o la aplicación de la medicación. Existen medicaciones inyectables como la enoxaparina sódica o la heparina u otras de toma oral.
Mantenerse en movimiento
Para prevenir la trombosis venosa profunda, resulta clave mover los pies y hacer ciertos ejercicios. Es muy importante, durante el traslado en avión, mover piernas y articulaciones, levantarse y caminar para que esta posibilidad de desarrollar trombosis disminuya aún más.
En el asiento cada 90 minutos aproximadamente se debe flexionar ambas rodillas en forma alternada hacia el pecho en 10 repeticiones para cada una. También hay que realizar movimientos circulares con cada pie en el sentido de las agujas del reloj y en sentido contrario, en secuencias de 10 para luego extender cada pie y flexionarlo también en secuencias de 10.
Levantarse a caminar cada 2 horas un mínimo de 40 pasos aportará y, si tiene que aguardar su ingreso al baño, se puede parar en puntas de pies y sobre los talones en secuencias de 10.
Es importante estar atento si durante el viaje percibe asimetría entre ambas pantorrillas, un aumento de tensión en una o ambas pantorrillas, dolor al intentar extender los pies, dolor en el área posterior de la rodilla, molestias o dolor al caminar en uno de los miembros inferiores, e hinchazón o aumento. También se debe prestar atención si a cualquiera de las situaciones anteriores se agrega fatiga o respiración entrecortada, como suspiros, que no ceden con reposo. Ante la presencia de alguno de estos signos, es importante que el viajero considere que puede estar ante una TVP y procure consultar con un médico del seguro de salud que haya contratado para tomar los recaudos correspondientes.
Gripe y gripe aviar
Otra complicación frecuente en los viajes es la gripe. El virus que la provoca circula a nivel mundial en distintos momentos del año según las zonas geográficas. Su circulación predomina durante los meses más fríos. En este sentido, en el hemisferio norte, circula con mayor intensidad entre los meses de octubre y marzo.
Aquellas personas que durante este verano programen sus viajes a destinos en el hemisferio norte como en los Estados Unidos o países de Europa, y tengan previsto permanecer por un tiempo prolongado, es conveniente que consulten sobre la posibilidad de recibir la vacuna antgripal en algún centro de salud o farmacia local. Esta recomendación se debe a que esta vacuna del hemisferio norte tiene una composición diferente a las vacunas que se utilizaron en nuestro país en 2019. Es por ello que existe una vacuna para el hemisferio norte y otra para el hemisferio sur.
Para los viajeros que forman parte de los denominados grupos de riesgo, como los mayores de 65 años, los pacientes inmunosuprimidos, los niños pequeños, las embarazadas y personas con enfermedades crónicas, obesidad o diabetes, si presentan síntomas compatibles con un cuadro gripal deben realizar la consulta médica dentro de las primeras 48 hs de iniciado el cuadro con fiebre mayor a 38°C y síntomas respiratorios como tos y dolor de garganta. Para confirmar si está relacionado con el virus de la gripe se hacen estudios por hisopado nasofaríngeo para detectar el virus de influenza y, en caso de ser positivo, se indican antivirales como el oseltamivir que acortan la duración de los síntomas y reducen el riesgo de las complicaciones asociadas a la infección.
Al viajar a destinos de Asia como China, hay un problema con el que se puede llegar a topar el viajero que es la gripe aviar y, actualmente también existe una alarma por l. Esta afección se la adquiere por contacto directo o indirecto con aves enfermas que pueden estar en lugares como mercados que las exhiban. Para esta afección no existe una vacuna capaz de prevenirla. No obstante, los viajeros pueden incluir en el botiquín la medicación antigripal y llevarla desde aquí o recibirla en el lugar donde vayan. Es importante tener presente esta recomendación porque el inicio del tratamiento precoz puede evitar muchas de las complicaciones del cuadro.
El pasado 31 de diciembre se reportaron unos 27 casos de un síndrome respiratorio agudo de origen desconocido entre personas vinculadas a un mercado de mariscos en la ciudad de Wuhan, China. Una semana más tarde, el 7 de enero las autoridades sanitarias de aquel país confirmaron que el agente causal de este cuadro era un nuevo coronavirus.
Las autoridades de salud confirmaron que el nCov se transmite de persona a persona y provoca un cuadro clínico que se presentaba con fiebre, disnea y cambios neumónicos en las radiografías del tórax (lesiones infiltrativas del pulmón bilateral). Zhong Nanshan, científico en la Comisión Nacional de Salud, que ayudó en 2003 a evaluar la magnitud del síndrome respiratorio agudo severo (SARS), fue el encargado de hacer público el preocupante anuncio.
Por su parte, la agencia de salud de la ONU estimó que el brote se atribuye a una cepa nunca antes vista, que pertenece a una amplia familia de virus que van desde los que provocan el resfrío común hasta enfermedades más graves, como el SARS.
Por estos días, China afronta el mayor movimiento humano ante los preparativos del Año Nuevo lunar. Por otra parte, Corea del Sur confirmó un caso importado que se suma a otros dos en Tailandia y uno en Japón. La preocupación por la propagación del agente llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a convocar un comité de emergencia para tratar la enfermedad. En el encuentro se decidirá si se clasifica el brote como «una emergencia de salud pública de alcance internacional», una designación que únicamente suele emplearse cuando se trata de epidemias muy graves.
Para el nCov no hay vacunas, por eso es importante la consulta en centros especializados ante la aparición de los síntomas.
Vacunas del viajero
La instancia de viaje es una oportunidad para controlar el calendario de vacunas y asegurarse de estar al día. Debemos tener presente que las vacunas no son sólo para los niños, los adultos también necesitan vacunarse. En el caso de los viajeros es importante tener presentes «las tres R» de las vacunas de rutina, recomendadas y requeridas.
Las vacunas de rutina forman parte del esquema obligatorio de vacunación y nos protegen contra enfermedades que pueden contraerse al viajar o en nuestro medio habitual, como ocurre en la actualidad con el sarampión. Este virus es causa de epidemias a gran escala en muchos países. Es muy contagioso y puede producir complicaciones neurológicas y respiratorias, inclusive la muerte. En Argentina, todas las personas nacidas después de 1965 deben estar vacunadas contra esta enfermedad con un esquema de dosis de acuerdo a su edad. Otras vacunas habituales a considerar son la doble adultos (contra difteria y tétanos), la vacuna contra Hepatitis B, la antigripal y la antineumocócica.
Las vacunas recomendadas ayudan a prevenir enfermedades a las que se puede exponer viajero durante su travesía. La Hepatitis A es la segunda infección prevenible por vacunas más frecuente reportada en viajeros que visitan destinos con bajo nivel sanitario y son infectados a través de agua y alimentos contaminados.
Cuando se realiza turismo aventura en áreas donde la rabia animal no ha sido completamente controlada, se recomienda la vacunación preventiva con dos dosis de vacuna antirrábica.
Al recorrer países con bajo nivel sanitario, como los del sudeste asiático, existe un problema prevalente como el de la fiebre tifoidea que se transmite por agua o alimentos contaminados con aguas servidas. El cuadro de esta infección se caracteriza por fiebre, vómitos y diarrea. En nuestro medio disponemos de la vacuna polisacárida inactivada que brinda una protección de 2 a 3 años.
Aquellos que viajan a eventos masivos y los que visitan regiones con brotes y epidemias de meningococo, un microorganismo que produce meningitis bacteriana aguda y se transmite por vía respiratoria, deben recibir las vacunas antimeningocócicas.
En relación a las vacunas requeridas u obligatorias, la vacuna contra fiebre amarilla está indicada para viajar a zonas con riesgo de transmisión o a países que exigen el certificado de vacunación internacional como requisito de ingreso, como es el caso de Bahamas, Sudáfrica o la India. Esto no se debe a que en aquellos lugares haya circulación de la enfermedad sino a que Argentina está considerada, por los casos que hubo en una parte de la provincia de Misiones, como un país endémico para esta enfermedad. Por este motivo, la vacuna contra esta enfermedad y su consecuente certificado de vacunación constituye un requerimiento para el ingreso a muchos países donde existe el mosquito vector de esta enfermedad. Aquellas personas que hayan decidido pasar sus vacaciones en Brasil deberían planificar recibir esta vacuna antes de viajar.
Antes de recibirla se deben descartar contraindicaciones y precauciones de aplicación. En caso de no poder recibir esta inmunización, como ocurre con los adultos mayores de 60 años, se debe pedir un certificado internacional de excepción para el paciente pueda viajar a estos destinos.
La malaria y los viajeros
Para aquellas personas que viajan a África, un tema muy importante de salud a considerar es la malaria o paludismo, una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos infectados del género Anopheles. Se trata de una enfermedad prevenible y curable. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta región concentra una parte desproporcionada de la carga mundial de paludismo. Según registros de 2017 más del 90% de los casos y fallecimientos por la enfermedad se produjeron en África. En ese año hubo 219 millones de casos de paludismo en 90 países que provocaron unas 435.000 muertes.
Sin embargo, muchas de las regiones que se ven afectadas por la malaria constituyen destinos elegidos tanto por los mosquitos como por las personas en tráfico que, ya sea por placer o por trabajo, los visitan. Frente a estas situaciones, antes del viaje sería recomendable la consulta con un especialista en medicina del viajero que evaluará las características del viajero, el destino al que va a visitar, el tipo de viaje, las actividades, el tipo de alojamiento y sus antecedentes personales. Si bien no existe una vacuna, hoy se puede ofrecer prevención a través del uso de repelentes y medicación por vía oral para aquellas personas que viajan a aquellas zonas con riesgo de exposición a esta enfermedad.
No obstante, más allá de la prevención que tomen, como no tiene un 100% de eficacia, aquellos viajeros que regresan de zonas con transmisión y tienen fiebre, el primer diagnóstico para tener en mente y descartar es el de esta enfermedad incluso a pesar de que hubiera tomado medicación preventiva.
Viajar es fantástico, pero es importante incluir en la planificación la consulta con el especialista en medicina del viajero para poder disfrutar de un viaje tan agradable como seguro.