Granizo y agua anegaron calles, derribaron árboles, cortaron la luz y produjeron inconvenientes. Las calles siguen anegadas y las acequias -incluyendo cauces grandes, como el Zanjón de los Ciruelos- en colapso por la muy intensa tormenta que se produjo este jueves. A las 18.30, se estimaba que se habían suscitado unas 200 «novedades», la mayoría relacionadas con cables rotos, árboles caídos y cloacas tapadas.

Mientras los lujaninos no tuvieron ni siquiera lluvia, buena parte del Gran Mendoza acusó recibo del diluvio, al igual que la zona sur y -hacia el fin de la tarde- zona este. Desde temprano, los bomberos se autoconvocaron en el cuartel general y empezaron a llegar llamados de ayuda. Fueron tantas, que tanto ellos como los policías debieron empezar a salir utilizando hasta sus vehículos particulares.
Un pedido de auxilio llegó desde el barrio San Martín (Ciudad), donde un chico de 13 años de cayó a un zanjón. Los efectivos lograron sacarlo. Ya está siendo atendido en un Centro de Salud, fuera de peligro.
En Acceso oeste y Carril Rodríguez Peña (Maipú), volcó un camión que transportaba vino fino y champagne. El chofer está fuera de peligro pero la mercadería quedó muy afectada.
En Ciudad, al menos una camioneta quedó atorada en un pozo. Y en Godoy Cruz, una señora se cayó en una bocacalle que se había levantado por presión del agua: debió ser asistida.
Por el momento no se reportaron víctimas fatales. Sí techos caídos, viviendas inundadas, árboles y cables derribados. Y si bien no hay cifras oficiales, ya se confirmó que son cientos los autos picados por el granizo.
En ese sentido, muchos se preguntan por qué los aviones antigranizo no tuvieron efecto sobre la zona urbana. La explicación es que los pilotos de las tres naves disponibles no están autorizados a volar en el centro y sus inmediaciones. Se concentran, más bien, en proteger los cultivos de las áreas productivas.