A las 20.18 de ayer desde Cabo Cañaveral, tomó vuelo el cohete Falcon 9 de la compañía Space X, en el que viajaba el satélite argentino más tecnológico
El satélite argentino Saocom 1B se lanzó el domingo 30 a las 20.18 de Argentina a bordo de un cohete Falcon 9, de la línea Space-X, desde la base de Cabo Cañaveral en Florida, Estados Unidos. A las 20.33, se encontraba estabilizado en su órbita a la espera de desplegar su antena radar de 35 metros cuadrados.
El presidente Alberto Fernández destacó el lanzamiento del satélite Saocom1B y resaltó que a través de la «inversión en educación, ciencia y tecnología» se logrará «crecer como país y como sociedad».
«Mi gratitud a todos los que pusieron el esfuerzo», enfantizó el mandatario desde la residencia de Olivos, donde siguió el despegue junto al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
También destacó que «Argentina es uno de los diez países que son capaces de poner satélites como este en órbita y uno de los dos que tiene la posibilidad de poner en órbita un satélite que tiene la capacidad de ayudar en mucho a nuestro desarrollo”. “Esto se da en medio de una pandemia compleja, pero lo importante es que no hemos frenado en este emprendimiento que empezó Néstor en 2007 y que continuó Cristina», subrayó, y adelantó que se construirán otros.
El lanzamiento fue postergado por la pandemia de coronavirus y por cancelaciones de la empresa de Elon Musk, pero anoche se pudo realizar.
Saocom 1B es gemelo del Saocom1A, lanzado en octubre de 2018 e integrará la constelación Siasge junto a los cuatro Cosmo Skymed de la Agencia Espacial Italiana. Ambos fueron desarrollados y fabricados en conjunto por las empresas VENG e Invap, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el laboratorio GEMA de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y unas 80 empresas del sector espacial nacional.
Según explicó Salvarezza a Página/12, el Saocom 1B “es un satélite de una complejidad muy grande, que funciona observando en base a radares. Tiene 35 metros cuadrados de antena de radar –que vendrían a ser los ojos del satélite– y para poder construirlo se requiere dominar la tecnología de radares de una manera muy precisa”. “Se ha demostrado que podemos dominar tecnología muy compleja», expresó emocionado y aseguró que «solo Japón tiene un satélite de semejante complejidad”.
Fuente: Página/12