Este año con motivo de la pandemia no se realizarán los clásicos carnavales de Brasil con todo su colorido y magia.
El festejo tan particular que tiene el país le aporta a su economía unos 150 millones de dólares ya que engloba al turismo, hotelería, venta de bebidas, confección de disfraces entre otros rubros.
Río de janeiro cuenta con personal dedicado a la costura, carpinteros para armar las carrozas, músicos, técnicos, electricistas y más para brindar un espectáculo impecable en cada jornada.
Entre 15 y 21 días antes se pueden ver comparsas en la calle mientras que las escuelas de samba lo hacen en galpones e incluye a los percusionistas.
Este año no habrá dicha actividad en Río de Janeiro, Salvador, Recife y San Pablo, también suspendieron los feriados de carnaval.
Estiman que en julio habrá un desfile muy reducido.