En una conferencia de prensa, Guillermo Botero calificó las acusaciones a su gestión, por las cuales enfrentará una moción de censura en el Senado el próximo miércoles, como “tergiversadas” y “especulativas”.

El ministro de Defensa colombiano, Guillermo Botero, volvió a rechazar las supuestas irregularidades en operaciones militares denunciadas por la oposición, que acusa al ejército de haber ocultado la muerte de siete niños en un bombardeo a disidentes de las FARC y de realizar ejecuciones extrajudiciales de civiles.
“Más allá de la coyuntura política, lo que debe contar es la legitimidad y los instrumentos jurídicos y legítimos para combatir estas amenazas”, se defendió.
Las graves denuncias expuestas ayer en la cámara alta por el senador opositor Roy Barreras, impulsor de la iniciativa parlamentaria, reavivaron el fantasma de los “falsos positivos” -el asesinato de civiles presentados como bajas en combate- y levantaron dudas sobre la continuidad del titular de Defensa.
En concreto, Barreras culpó al ministro de permitir ejecuciones de civiles y de ocultar la muerte de menores en un bombardeo en agosto pasado en el departamento sureño del Caquetá, donde presuntamente murieron 14 disidentes de las FARC, entre ellos el líder disidente identificado con el alias de “Gildardo Cucho”.
“Usted le escondió a Colombia que ese día bombardeó a niños y murieron siete menores. Usted por qué no le contó a Colombia que había bombardeado niños en ese operativo”, reclamó.
Como prueba, presentó informes de Medicina Legal según los cuales entre las víctimas de ese operativo había una niña de 12 años, un joven de 15, dos de 16 y tres de 17 años.
Sin embargo, Botero insistió esta mañana en que todas las operaciones militares están precedidas de una fase de planeamiento, en las que hay un asesor jurídico operacional, y cumplen con el Derecho Internacional Humanitario.
Agregó que tras la operación militar en Caquetá los resultados fueron presentados a la Fiscalía, que de momento no ha solicitado información por “posibles responsabilidades de miembros de la fuerza pública”.
Aunque la normativa indica que este tipo de acciones puede abortarse si en el lugar hay civiles o menores de 15 años, los militares han de ponderar también la importancia que tiene para el Estado dar de baja a un objetivo militar cuya continuidad pone en grave riesgo la seguridad ciudadana.
En ese sentido, el comandante de las Fuerzas Militares, general Fernando Navarro, señaló ante periodistas que “no fue una operación contra menores de edad”, sino “una operación contra el cabecilla del GAO-r7, alias Gildardo Cucho”, consignó el periódico El Espectador.
Navarro aseguró que “no se tenía conocimiento de menores de edad que hicieran parte de la estructura de seguridad” del líder disidente y, en cambio, consideró que son los grupos armados ilegales quienes cometen crímenes al reclutar menores.
Pero las explicaciones de Botero y los mandos militares parecen no ser suficientes para evitar su destitución.
Según reivindicaron hoy sectores de la oposición citados por el diario El Tiempo, ya se tienen los 58 votos necesarios para que la moción de censura, la segunda que afronta Botero en menos de seis meses, salga adelante.
De ser así, Botero se convertiría en el primer titular de cartera del gobierno del presidente, Iván Duque, en dejar su cargo por una moción de censura.