Si bien la esclavitud se abolió en el año 1834, esta a encontrado variables a lo largo de la historia y una de ellas quizás la más gráfica es el trabajo infantil.
Muchos adultos tienen la falsa creencia de que quien ingrese ingrese al mundo laboral más temprano, mejor preparados estarán para enfrentarla vida.
Los especialistas desmienten este mito porque el trabajo infantil además de ser una forma de explotación ocasiona que los niños no presten atención en clases, no hagan su tarea, estén cansados y la mayoría de las veces no se gradúen.
Pero antes de seguir vamos a ver que se entiende por trabajo infantil.
Trabajo infantil es cualquier trabajo que es física, mental, social o moralmente perjudicial para el niño, afecta su escolaridad y le impide jugar. Se le niega la oportunidad de ser niños. Desde 2016 el país cuenta con un listado de trabajo infantil peligroso, ya que queda expuesto a la prostitución, las drogas , la esclavitud de un trabajo forzoso.
En Argentina tanto OIT como UNICEF trabajan para erradicar el trabajo infantil y protección del trabajo adolescente.
Pero nuestro país también cuenta con leyes que hacen referencia al tema. La ley 26390 del año 20087 establece:
Edad mínima para trabajar 16 años con autorización de los padres.
«Las personas mayores de 14 años pueden ser ocupados en empresas cuyo titular sea un padre, madre o tutor en jornadas que no pueden superar las 3 horas diarias y las 15 horas semanales. Siempre que no se trate de tareas peligrosas y o insalubres y que cumplan con la asistencia escolar.
No se pueden ocupar personas de 16 a 18 años en ningún tipo de tareas durante más de 6 horas diarias o 36 semanales.
El trabajo infantil esta prohibido en Argentina y constituye un delito penal con penas de hasta 4 años de cárcel, sanciones administrativas muy elevadas, con multas de hasta 2000 % del salario mínimo vital y móvil por cada niño /a que trabaje.
A su ves se lo incorpora como empleador infractor al Registro Público de Empleadores con sanciones laborales.
Es importante destacar que en nuestro país el 20 % de actividades rurales ocupan niños de 5 a 17 años. Un ejemplo la cosecha del tabaco.
La situación económica del país, la crisis financiera, la perdida de puestos laborales hacen que muchas familias vean como una salida el trabajo de todos sus integrantes sin distinguir edades.
Lo que lo adultos no ven aparte de pasar por alto los derechos del niño es que muchas veces ingresan en el mundo de la droga para » evadirse» de la cotidianeidad que les duele y no pueden revertir.
La sociedad toda debe trabajar con las diferentes instituciones para evitar el trabajo infantil, pero también para concientizar a los adultos de la importancia del juego en los niños, de la escolaridad para así si tener mejores oportunidades laborales cuando sean grandes y el dialogo con niños de su edad. Sólo así podrán enfrentar mejor la vida laboral adulta.