El reconocido sociólogo y escritor argentino, Atilio Borón, estará presente en el Primer Congreso de Filosofía Popular de La Rioja «Construyendo saberes», organizado por el Gobierno Provincial, que tendrá lugar entre el 23 y el 27 de agosto, donde las reflexiones filosóficas estarán centradas en el aquí y ahora.

Las mesas de debate propuestas por los organizadores serán: Feminismos, organización popular y lucha política; Filosofía, política, Estado y Nación; Filosofía, arte, cultura popular e identidades; Habitar el territorio y los saberes; y Filosofía y educación.
Los interesados podrán inscribirse ingresando al siguiente link: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfqXEBWhKh-f1I-XP6KGzu2ehAjjU0jgRxB2CrjhQZl1J2UEA/viewform
Desafíos políticos
En contacto con un medio local, Borón adelantó que el congreso «no será un evento para híper especialistas. El Gobierno Provincial quiere que esto tenga un impacto colectivo en La Rioja y en la Argentina».
«Será una reflexión encaminada a tratar de dilucidar algunos de los grandes desafíos políticos en nuestra época; el futuro de las democracias en el mundo, algo que causa numerosas reflexiones en todas partes debido a la perversión del proyecto democrático que se ha convertido en un proyecto plutocrático, es decir, gobiernos democráticos que favorecen a sectores muy minoritarios de la población» señaló.
Estados Unidos, China y Rusia: Los líderes mundiales
En un profundo análisis geopolítico de la situación actual que se vive en el mundo, Borón hizo hincapié en el posicionamiento que el país de América del Norte ha tenido que tomar en los últimos años, con respecto al avance de otras potencias. «Como imperio, Estados Unidos tiene un problema muy serio en este momento, el más grave desde la Guerra Fría, y es que se le vino abajo el sistema internacional que habían armado. Ese imperio, hoy en día, tiene que lidiar con dos grandes actores políticos, económicos y militares que son China y Rusia a quienes antes daban como figuras de segundo orden».
En ese sentido, el escritor argentino destacó que el país oriental «se convirtió, en un plazo de 20 años, en la principal economía del mundo. Hoy por hoy es la locomotora de la economía mundial, en el taller industrial del mundo, por ende, los norteamericanos ahora tienen que negociar con ese actor y eso les cuesta; a su vez tienen que negociar también con Rusia a la que dieron por muerta después de la caída de la Unión Soviética, y ese fue un error. Esta es una nueva situación, son los tres actores que están en el pináculo del sistema internacional».
Afganistán
En medio de las tensiones y las problemáticas que podrían «dispararse» luego de la toma del poder por parte de los Talibanes, Borón hizo un especial enfoque sobre el porqué las tropas norteamericanas abandonaron aquel país. «En la medida en que Estados Unidos iba perdiendo peso en la arena internacional, la política pasó a estar cada vez más controlada por el Pentágono y cada vez menos por el Departamento de Estado».
En esa misma línea Borón explicó que los diplomáticos venden las políticas que fija el Pentágono y deben convencer a los países de que es la política más adecuada para asegurar la paz mundial y los intereses de Estados Unidos. Por esa razón, el sociólogo reflexionó que «parecería ser que ya no sirven los militares para ganar guerras. Lo que ha pasado en Afganistán es una prueba rotunda de ello; EE.UU., el principal ejercito mundial, el principal gasto militar a nivel mundial, la tecnología más refinada contra un país pobre, desmembrado que no es ni siquiera una nación, es una colección de etnias con diferentes lenguas; pese a todo eso Estados Unidos no pudo ganar la guerra».
Una posible Tercera Guerra Mundial
«El escenario de la tercera guerra siempre está presente como una eventualidad. Hay que tener en cuenta un análisis estadístico de cuan probable es. Evidentemente puede ocurrir, pero la probabilidad es muy baja», advirtió Borón. Y concluyó: «Hay tensiones muy fuertes en el sistema internacional y en el comercio mundial. Estados Unidos se acostumbró a hacer lo que quería en América Latina, en Medio Oriente, en Asia, pero ahora son cada vez menos los paises que puede dominar. La posibilidad de que realmente se metan en una aventura militar es baja. Hay que acostumbrarse a que vivimos en un sistema internacional mucho más turbulento que antes».