Tiene un plazo de hasta 120 días operativos para cumplir su cometido. Si no lo encuentra no cobrará por su servicios.
Con tecnología de última generación, y un equipo de especialistas en inspecciones submarinas, la firma Ocean Infinity iniciará hoy la búsqueda final del ARA San Juan. Tiene un plazo de hasta 120 días operativos para cumplir su cometido. Si no lo encuentra no cobrará por su servicios.
Todo está listo en el muelle comercial de Comodoro Rivadavia para que el buque Seabed Constructor se haga a la mar con una tripulación de más de 40 marinos y técnicos a los que se suman dos oficiales submarinistas de la Armada Argentina, un Teniente de Fragata hidrógrafo y especialista en interpretación de imágenes y 4 familiares de los marinos desaparecidos que harán las veces de veedores testimoniales.
Estos veedores si bien no son expertos en la materia, son una garantía de transparencia en la operación para el resto de las familias.
La nave partirá con la pleamar del 7 de setiembre, y en 24 horas ya estará en la zona de operaciones. Se afectarán a la tarea cinco vehículos autónomos submarinos también denominados AUV. Estos verdaderos «drones» sumergibles, son programados para barrer un área determinada de búsqueda, y luego la información que recogen, es descargada y procesada a bordo.
El «Seabed Constructor»
Se trata de un buque multipropósito puesto en servicio en 2014 apto para operaciones costa afuera (offshore) Tiene 115 metros de eslora (largo) y 22 metros de manga (ancho), cuenta con un helipuerto con una plataforma de 26,1 metros de diámetro y un peso bruto de 7.883 toneladas. Entre tripulantes y especialistas lleva a bordo a 44 personas (a los que se suman los 7 argentinos) y tiene una capacidad máxima de alojamiento para 102 personas. El Seabed Constructor, cuenta con 5 «Drones submarinos» o AUV.
Las principales características de estas naves autónomas son las siguientes:
Velocidad de operación: entre 2 y 6 nudos (3,6 a 10,8 kmts/h)
Largo: 6.2 mts.
Profundidad de operación: entre 5 y 6000 mts.
Autonomía nominal: 60 horas a una velocidad de 3,6 nudos
Según especialistas navales que monitorearán la operación, el despliegue de cada uno de estos sumergibles, insume dos horas. Una vez posicionados, operarán durante 42 horas tras las cuales se insumen otras dos horas en su recuperación. La información que cada unidad acumula en su memoria interna es descargada al sistema central de análisis ubicado a bordo del Seabed Constructor y se insumen otras 12 horas en procesar las imágenes e interpretarlas.
Si estos tiempos se cumplen, cada área de las que la empresa se propone relevar, insumirá tres días de trabajo. Es decir que en unos 10 días se podría tener un relevamiento primario de las tres zonas básicas de búsqueda. No obstante los plazos pueden estirarse hasta los 120 días operativos que fija el contrato firmado con la Armada Argentina. Vale aclarar que cuando por cuestiones climáticas no se pueda operar se interrumpe el cómputo del plazo.
Según el plan de trabajo, los equipos sumergibles irán «barriendo» las distintas zonas en sentido sur-norte. Iniciando por la denominada «área 01» que es la de menor superficie y la que según Ocean Infinity es la más probable para el hallazgo. Luego de agotadas las áreas – cuya profundidad rondan los 1000 metros-, se relevarán varios cañadones submarinos. Estos cañadones son una suerte de canales en el fondo del mar, con una profundidad adicional de 300 metros y un ancho promedio de un kilómetro.
Ocean Infinity dejó aclarado que si bien utilizará toda la información aportada por la Armada Argentina, no se limitará solo a una fuente, en tal sentido y durante una presentación que el martes se realizó en el auditorio del edificio Libertad (sede de la fuerza naval) el CEO de la firma, Oliver Plunkett, detalló que para esta operación en especial se ha contratado como asesores, al ex jefe de la fuerza de submarinos de los Estados Unidos, Almirante Mike Connor y a Nick Lambert, un almirante Inglés que fue jefe del Servicio de Hidrografía Naval de la Corona Británica. Ambos profesionales elaboraron informes independientes aportando visiones distintas que serán también consideradas por la empresa contratista.
Como punto de partida, la empresa concentrará sus esfuerzos, en la posición que corresponde al registro de coordenadas geográficas brindado por la empresa «Iridium» y que guarda relación con el último intento de comunicación del ARA «San Juan» con el satélite del servicio de internet que utilizaba la nave. Como se recordará este evento tuvo lugar el 15 de noviembre de 2017 a 08.36 horas.
De la exposición no solo participaron buena parte de los altos mandos de la Armada, sino más de 30 familiares de los submarinistas del «San Juan» y las abogadas querellantes Valeria Carreras y Lorena Arias. Fuentes de la fuerza consultadas por Infobae coincidieron en señalar que hay una franca mejoría en la relación entre familiares y la Armada, ya que luego de varias marchas y contramarchas en el proceso licitatorio, finalmente la operación de búsqueda comienza a concretarse.
¿Hay posibilidades de ubicar al San Juan?
Muchos son los que han venido sosteniendo que si la fuerza naval internacional de rescate más grande de la historia de la navegación no tuvo éxito a la hora de dar con el submarino y sus tripulantes, difícilmente una empresa privada con un solo buque pueda tener éxito. Sin embargo los especialistas en la materia no comparten esta postura.
«La fuerza militar internacional realizó una tarea de búsqueda de emergencia y con la mira puesta en el eventual rescate de sobrevivientes, se utilizó una tecnología distinta y en ningún caso este tipo de vehículos subacuáticos«, indicaron en la sede naval.
Los mandos navales han sostenido que: «Habiendo analizado todas las evidencias recibidas por las unidades propias y por los distintos países y agencias que han participado en la búsqueda, el Ministerio de Defensa y la Armada Argentina continúan ahora con la fase de búsqueda científica. Esta fase implicará un barrido sistemático del lecho marino, lento y extenso en el tiempo, empleando sensores de búsqueda acordes a la orografía para detectar contactos, para finalmente emplear ROV o mini submarino para identificar visualmente si corresponden al Submarino ARA San Juan».
Y se agrega que: «A tal efecto se necesitan características particulares en los equipos a emplear y especialistas para su operación, que permitan la detección, localización e identificación del submarino, y la oportunidad del servicio a contratar, teniendo en cuenta que la disponibilidad de estos medios en el mundo es absolutamente limitada».
¿Qué pasará si se encuentra el submarino?
Reiteradamente se ha informado que la operación contratada comprende solamente la ubicación e identificación fehaciente del «San Juan». El reflotamiento de la nave (de encontrarse entera) resulta, en principio, técnicamente imposible. No obstante, los vehículos autónomos submarinos, tienen la capacidad mecánica de llevar a la superficie objetos de dimensiones reducidas que puedan encontrarse en la zona del naufragio.
Pero más allá del hecho que el contrato no adjudica ninguna tarea de este tipo, nada se podría tocar sin la expresa autorización de la jueza federal de Caleta Olivia Marta Yañez, por lo que se especula que en caso de darse esa situación, la empresa aguardará una autorización de la magistrada para intentar reflotar algún resto naufrago correspondiente a la embarcación.
Un punto de especial preocupación para las autoridades navales, es el manejo de la información sobre el desarrollo de la operación. En este sentido y al margen de que los familiares embarcados puedan enviar mensajes a quienes quedarán en tierra, será la Armada Argentina la única responsable de emitir información oficial. Para ello y dado que el buque cuenta con sistema de internet satelital, se prevén dos informes diarios. Uno al iniciar la jornada y otro al finalizar. Se utilizarán cadenas de e mail, grupos de WhatsApp, llamados telefónicos y además la página web de la Armada.
Según el jefe de prensa de la fuerza, la información será totalmente pública, con la única salvedad de que se informará primero a las familias, para evitar que cualquier novedad de relevancia, sea recibida por estas, a través de un medio de prensa antes que de parte de los canales oficiales de la marina.