NEGOCIOS, MEDIOS Y PODER
En el Partido de General Pueyrredón, además de cercenar fuentes laborales y profundizar las condiciones de precariedad laboral y profesional, la concentración de medios de difusión en manos del empresario coruñez Florencio Aldrey Iglesias, ha afianzado el rol social del periodismo como factor de poder, subordinado a los dictados del gobierno paralelo que funciona en el Hermitage Hotel.
La integración de los negocios turísticos, inmobiliarios y las empresas periodísticas que detenta, a través de testaferros, Don Florencio, es en este sentido tan estrecha, incestuosa como histórica.
Más allá de la actual disputa entre el Zar mediático y la administración municipal encabezada por el hombre del impermeable azul y su polémico escudero Hernán Mourelle, el ostracismo y la sistemática estigmatización contra quienes han osado cuestionar su poder feudal y las dádivas otorgadas por los gobiernos municipales de turno, han establecido la línea divisoria entre los acomodaticios y los «rebeldes», que pueden apoyar su cabeza en la almohada y dormir con la conciencia tranquila.
Así pues de los tantos ejemplos en tal sentido, podemos retrotraernos al plenario ordinario del 8 de mayo del año 2004, donde las bancadas mayoritarias de la UCR, el PJ y Acción Marplatense, «urgidas por la necesidad irrefrenable de promover las inversiones turisticas, refrendaron uno de los tantos proyecto del Departamento Ejecutivo, que suscitó «suspicacias»…
Dicho proyecto, que aún careciendo del dictamen de las comisiones de Promoción y Desarrollo, de Legislación y de Hacienda, «debía» ser aprobado sobre tablas » de apuro y sin miramientos» , implicaba para los inversores relacionados con la hotelería, gastronomía y promoción turística, una desgravación en todos los impuestos municipales, cuyo porcentaje se ampliaba del 50 al 100%, por un plazo que se extendía de 5 a 10 años, dejando al arbitrio del Intendente municipal la potestad de decidir a quién se concedía esta prebenda y a quién no.
Sugestivamente, un informe del entonces Director de Turismo refería que la ampliación de los porcentajes y de los plazos de la desgravación requería de un estudio potencial «que vincule esta modificación con la posibilidad cierta de una mayor captación de inversiones». Sin embargo, la premura de los representantes del pueblo prescindió de dicho informe.
No menos sugestiva, había sido la pudorosa intervención de algunos funcionarios del Departamento Ejecutivo , durante la ajetreada tramitación del expediente, ya que en casi todos los informes adjuntos se inhibieron de dar su opinión por escrito y firmando, abonando de esta manera las suspicacias manifestadas, en aquel plenario del HCD, por el entonces concejal Juan Carlos Cordeu.
«Hay una intencionalidad de privilegio a un sector determinado, que tiene a un sector determinado, que tiene nombre y apellido – denunció el edil socialista – y yo en este Concejo Deliberante no voto esta situación».
Ni aun la imaginación más frondosa podría considerar envidiable la suerte del concejal «rebelde», quien había dejado entrever que la nueva ordenanza se ajustaba a la medida de un establecimiento hotelero en particular.
Como era de esperar, el nombre y apellido aludido, Florencio Aldrey Iglesias, no vaciló en condenar la negativa de Cordeau. Apelando a su poder de prensa de inspiración feudal, lo excomulgó de la seudo-opinión publica lugareña por haber osado defender los intereses de la ciudadanía que, con su voto, llevó al curul socialista a ocupar dignamente una banca.
Informe: Roberto Latino Rodríguez
Fotomontaje: León De La Vid