El mandatario estadounidense tiene previsto aterrizar en Argentina a las 22.10.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se aprestaba a partir hacia Buenos Aires para la cumbre del G20 cuando tuvo un disgusto: su exabogado se declaró culpable de mentir al Congreso sobre el caso de la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016.
Cohen, un abogado de 52 años que patrocinó a Trump, declaró ante la Corte de Justicia del Estado de Manhattan y dejó entrever que los rusos colaboraron para perjudicar a la demócrata Hillary Clinton.
Con la declaración de Cohen, el equipo investigador del fiscal especial Robert Mueller podrá avanzar en una causa que ya le ha dado varios dolores de cabeza al jefe de Estado de la superpotencia mundial que arribará a Buenos Aires a las 22:10 de este jueves.
La fiscalía investiga si la campaña electoral de Trump en 2016 coludió con los intentos rusos de perjudicar a Clinton. Pero también intenta dilucidar si Trump intentó obstruir ilegalmente la investigación cuando ya era Presidente del país.
Cohen tiene “en sus manos” al hombre más poderoso del plantea porque tiene conocimiento de acuerdos y abultados pagos a dos supuestas amantes de Trump. Pero también conoce secretos sobre los negocios del Presidente cuando se dedicaba a los bienes raíces.
Agencias internacionales de noticias reportaron que las declaraciones de Cohen generaron mal estar en la Casa Blanca minutos antes de que despegara el avión Air Force One, que aterrizará en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza a las 22:10.
Antes de poner un pie en el avión, Trump acusó a Cohen de haber mentido para obtener una sentencia reducida, luego de que este se declarara culpable más temprano de engañar al Congreso en la investigación sobre la trama rusa.
“Es una persona débil y lo que está tratando de conseguir es una sentencia reducida. Por eso está mintiendo sobre un proyecto del que todos conocían”, dijo Trump a periodistas en la Casa Blanca.
Guerra Comercial
Antes de partir, Trump mostró una escasa disposición a hacer concesiones a China en el marco del G20 para poner fin a la creciente guerra comercial. El estadounidense cenará el sábado a la noche con su par chino, Xi Jinping, en un lugar secreto de Buenos Aires.
“Todavía falta un largo camino por recorrer”, escribió Trump en Twitter. Y destacó los beneficios que la disputa comercial le dio a Estados Unidos: “Gracias a los aranceles contra China, miles de millones de dólares entran en las arcas de Estados Unidos”.
Trump recomendó a aquellas empresas que sufren los aranceles que trasladen sus fábricas a Estados Unidos. “Si las empresas no quieren pagar aranceles, que produzcan en Estados Unidos”.
Se espera con gran atención el encuentro de los dos presidentes en el entorno de la cumbre de los 20 países más industrializados y emergentes (G20) en la capital argentina, debido a que la guerra comercial entre las dos mayores potencias económicas entraña un peligro cada vez más grande para la economía mundial.
Trump acusa a China de prácticas comerciales desleales, restricciones al acceso a sus mercados y transferencia obligada de tecnología, así como de robo de propiedad intelectual. El presidente estadounidense impuso aranceles adicionales a alrededor de la mitad de las importaciones procedentes de China, a lo que Pekín respondió aplicando aranceles punitivos a las importaciones estadounidenses.
Trump ha amenazado con aumentar los aranceles existentes y extenderlos a todas las importaciones desde China, por valor de más de 500.000 millones de dólares, si en su reunión con Xi en Buenos Aires no se logra un acuerdo o al menos un “armisticio”.
China no puede penalizar en la misma magnitud a Estados Unidos ya que las importaciones provenientes de este país solo ascendieron el año pasado a 130.000 millones de dólares.