En el esperado estreno del tridente ofensivo formado por Lionel Messi, el brasileño Neymar y el francés Kylian Mbappé, el Paris Saint-Germain (PSG) sufrió para cosechar un empate en su visita a Brujas 1-1 ante un conjunto belga que anuló el talento del club francés con intensidad y osadía.
En el estreno de Messi en Champions League con el PSG, tras 120 goles en 149 partidos en la competición con el FC Barcelona, la inesperada estrella del partido fue el belga Hans Vanaken, autor del gol del empate para los suyos y líder del equipo flamenco en el centro del campo.
El Brujas, líder en solitario en la liga belga, se presentaba ante el todopoderoso Paris Saint-Germain como un equipo humilde sin nada que perder y mucho que ganar en el señalado duelo, según había dicho el técnico, Philippe Clement.
El partido arrancó como podía esperarse, con ambiente festivo en unas gradas colmadas tras año y medio de restricciones por la pandemia, el Brujas volcado y el PSG aguantando el empuje de los locales, extramotivados ante su gran partido de gala y esperando su oportunidad, que acabaría llegando.
Lo hizo transcurrido un cuarto de hora de juego gracias a Ander Herrera, que recibió un centro raso de Mbappé en el punto de penalti y fusiló la red de Mignolet.
Y entonces el partido empezó a salirse del guion, porque los belgas no se arrugaron, siguieron merodeando el área francesa y encontraron su recompensa.
Su capitán, el internacional belga Hans Vanaken, clonó el gol que minutos antes había marcado el PSG, aunque esta vez por la izquierda, a pase de Eduard Sobol y acribillando la red de Keylor Navas, titular pese a que el club de París ha reclutado este verano al portero de la selección italiana, Gianluigi Donnarumma.
Corría el minuto 27 y el partido se incendió. PSG metió una marcha más y asediaba al contraataque al Brujas, que aguantaba y replicaba.
Navas tuvo que bregarse a fondo, despejando primero un tiro de falta de Vanaken y luego en un disparo en una contra de De Ketelaere para evitar que el Brujas llegara con ventaja al descanso.
Messi, con la segunda equipación del PSG, blanca, y el número 30 en la espalda, apenas daba señales de vida, más allá de un elegante pase a Mbappé en el área que el francés envió a las gradas.
El esperado tridente Messi-Neymar-Mbappé se deshizo cuando el delantero francés, que había sido atendido por un tirón en una pierna al final de la primera parte, se rompió y pidió el cambio en el minuto 50, cediendo su puesto al argentino Mauro Icardi.
Antes de la retirada de Mpabbé, Pochettino había reemplazado al centrocampista holandés Giorginio Winjaldum por el alemán Julian Draxler y al argentino Leandro Paredes, con amarilla, por el portugués Danilo Pereira. Pero los cambbios no funcionaron.
Mientras el Brujas y disfrutaba de su bien momento y Noa Lang lo intentaba con peligro de chilena, el argentino buscaba área sin fortuna como el resto del PSG, que apretó pero no asfixió al Brujas en el tramo final y no logró llevarse más que un punto ante un pequeño club sin estrellas.
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