Las alarmas saltaron este jueves, cuando la policía tuvo que intervenir para detener un intento de asalto en un supermercado de Palermo. Para los servicios de inteligencia del país los principales factores de riesgo son “la economía sumergida y la capilar presencia de la criminalidad organizada”en esa zona.
Crecen los temores de que la pandemia del coronavirus pueda llevar a la explosión de un bomba social en el sur de Italia, donde comenzaron a circular llamados a rebelarse contra la cuarentena obligatoria y a saquear los supermercados.
Las alarmas saltaron este jueves, cuando la policía tuvo que intervenir para detener un intento de asalto en un supermercado de Palermo, en Sicilia. Ante la posibilidad de nuevos disturbios, desde el viernes varios de los supermercados más importantes de la capital siciliana ya están custodiados por las fuerzas de seguridad.
Otros episodios ocurrieron en otros supermercados pequeños y medianos de la ciudad. Según reportaron medios locales, las personas se dirigen a los gerentes de sucursales y exigen llevarse sin pagar una bolsa de alimentos.
El descontento se refleja en redes sociales como Facebook y WhatsApp, donde surgieron varios grupos que llaman a rebelarse contra las medidas de aislamiento. Los principales apuntados son políticos como el primer ministro Giuseppe Conte y el alcalde de Palermo Leoluca Orlando.
“Señor Conte”, dice un usuario en un video que se volvió viral. “Mi hija está comiendo un pedazo de pan con Nutella. Si en unos días mi hija no puede comer este pedazo de pan, haremos la revolución. Debe decirnos claramente cuándo llegarán las ayudas y el dinero de los despidos. A esta altura ya ni siquiera me importa si me arrestan. Han pasado 20 días y el dinero se terminó”.
Los sectores más vulnerables son los más sensibles a los llamados a la rebelión. En el sur de Italia, una zona del país en la que economía en negro da trabajo a casi cuatro millones de personas, el problema se vuelve particularmente urgente. Con el cierre del todas las actividades económicas no esenciales, que el premier Giuseppe Conte dispuso hasta por lo menos el 3 de abril y que ya confirmó que prorrogará esta semana, miles se encontraron sin un ingreso fijo de la noche a la mañana.
Los servicios de inteligencia ya alertaron en un informe enviado al primer ministro y a la ministra de Interior que “existe un potencial peligro de revueltas y rebeliones, espontáneas y organizadas, sobre todo en el sur de Italia, donde la economía sumergida y la capilar presencia de la criminalidad organizada son dos de los principales factores de riesgo”.
El alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, también advirtió que las mafias locales aprovecharán la situación para dirigir las revueltas. Instó a denunciar a quienes promueven la violencia y pidió una renta de supervivencia: “Al lado de muchos que viven este momento de gravísima crisis con angustia pero con dignidad, hay grupos de chacales y de profesionales de la protesta que promueven acciones violentas, personajes y grupos que muestran y reivindican su pertenencia a la mafia. Pido a todos los ciudadanos que los denuncien a las autoridades policiales”, dijo.
Mientras tanto, la alcaldía fortaleció el sistema de distribución de alimentos, que actualmente tiene 1.800 familias registradas por debajo del nivel de pobreza. Los pedidos se dispararon en últimos tres días, según el Corriere della Sera.
La Sicilia no es la única región donde está aumentando la tensión. En Campania, la región de Nápoles, aumentaron los robos a personas que acaban de comprar en los supermercados. Ciro Buonajuto, alcalde de Herculano, amenazado por la camorra, dijo temer las consecuencias económico-sociales del brote. “Tenemos un desempleo juvenil del 75 %, quien trabaja lo hace en muchísimos casos de forma precaria. Puede extenderse la usura, el tráfico de droga, los negocios de la camorra”, advirtió.
La preocupación aumenta también en el gobierno italiano. “Hay que actuar rápido, está en riesgo el orden democrático”, dijo este sábado el ministro para el Sur, Giuseppe Provenzano, en una entrevista al diario La Repubblica.
“Tengo miedo que las preocupaciones que están atravesando largas franjas de la población por la salud, el sueldo y el futuro se transformen en rabia y odio si perdura la crisis”, dijo el funcionario, quien por eso pidió además extender la “renta de ciudadanía”, un subsidio de desempleo de unos 550 euros mensuales.
Con 10.023 muertos, Italia es el país con mayor índice de letalidad del mundo por el coronavirus, pero continua la tendencia a la baja de los contagiados, informó este sábado Protección Civil.