En la apertura del ciclo Encuentros en La Ballena, del @cckargentina, la cantante y antropóloga mexicana Lila Downs, ganadora del Grammy y de seis Grammy Latinos y una de las voces más destacadas de América Latina, dialogó con la cantante argentina Charo Bogarín, La Charo.
Durante el encuentro, el jueves, en un repleto Auditorio Nacional, se refirió a múltiples temas: recordó las vicisitudes que debió atravesar en su Oaxaca natal como hija de madre indígena y padre norteamericano, definió a Mercedes Sosa como la artista clave en su formación como cantante popular y destacó la importancia de la lucha de las mujeres en el reconocimiento de sus derechos.
La cantante mexicana también cantó los temas El último trago, Dos Corazones y Son de chile frito acompañada por el guitarrista Marcelo Dellamea e improvisó un dúo a capela junto a La Charo para deleite de los seguidores que se congregaron en el Centro Cultural Kirchner.
Recuerdos de la infancia de Lila Downs
“De mi infancia –comenzó contando la artista mexicana– recuerdo que me la pasaba con mi abuela que cocinaba en el fogón de leña y carbón. Ahí comíamos tortillas de maíz que ella elaboraba. Me marcó mucho estar cerca de la Madre Tierra. También recuerdo que íbamos cerca del mercado con mi madre y me decía: mira, siéntate aquí y observa a las mujeres. Yo tenía 8 años. Observábamos la belleza del intercambio de frijoles y maíz. Esa conciencia de un entorno fue mi formación”.
Sobre el cruce de culturas que significó ser hija de madre indígena y padre norteamericano en el estado mexicano de Oaxaca, aseguró que “en la puerta de la casa amanecían diferentes graffitis que decían: gringo, go home. Luego se borraban y volvían. Era constante. Mi padre creía en la no diferencia social, pero mi pueblo estaba muy estratificado”.
También contó que en la escuela sufrió discriminación por parte de sus compañeros porque su madre y abuela hablaban el mixteco, una lengua de raíz nativa. “Ahora por suerte ha cambiado esta discriminación hacia los idiomas originarios porque en mi tierra escuchás más el mixteco, el chinanteco, el chatino, el zapoteco”.
Lila Downs se mostró muy emocionada cuando recibió de manos de La Charo un chal de chaguar que le acercó la artesana wichi María Toribio, agradeció la presencia de León Gieco y Víctor Heredia entre el público, y se conmovió especialmente al evocar la trascendencia de Mercedes Sosa en su vida.
“Cuando escuché a Mercedes Sosa, descubrí que el canto puede cambiar las vidas y el mundo”.
“A Mercedes la escuché cuando tejíamos en la mañana con mi maestra. Habíamos oído a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Los Olimareños. Cuando llegó su voz, dije: ¿quién es? La escuché cantando Gracias a la vida y cambió mi rumbo. Pensaba que la antropología podía aportar más al mundo con respecto a las diferencias sociales. Eso me preocupaba mucho, y cuando escuché su voz, quedé convencida que el canto puede cambiar las vidas y puede cambiar el mundo”.
Downs, también reconocida por su labor como militante social y por su activismo, enfatizó en otro tramo de la charla en la trascendencia de las canciones sociales. “Pienso mucho en los murales de los pintores de México. Hay murales narrativos como los de Diego Rivera, que muestran el crisol que somos. Yo reflexionaba cómo tomar esos elementos y contarlos a través de la canción. Cuando empezaba a cantar sobre las mujeres trabajadoras, que mi madre fue una de ellas, no era muy tomado en cuenta. Ahora, veinte años después, siento que hay más recepción. Creo que he contribuido un poquito a eso”.
Por último, como cierre del encuentro y fuera de programa, la cantante interpretó la canción Paloma negra, con la que recibió la última ovación de la noche.