
Como cada año, llega diciembre y se reabre la polémica por el uso de pirotecnia, no solo en Mendoza, sino en todo el territorio argentino.
Cada vez son más los municipios que se suman a las fiestas sin fuegos artificiales, no solo por el cuidado ambiental sino también para proteger a los animales y a personas que sufren alguna patología, como autismo.
Estas fuertes explosiones pueden generar daño al órgano auditivo, que en ocasiones pueden resultar irreversibles por lesionar estructuras del oído interno.
Lorena, docente de educación física especializada en trastornos de autismo, explicó en que los niños autistas en época de fiestas la pasan mal porque «tienen hipersensibilidad auditiva, entonces ellos sufren un trauma a la hora de escuchar semejantes estruendos, porque no tienen la capacidad que nosotros tenemos de discriminar sonidos, poder elegir lo que queremos escuchar. Entonces ellos al escuchar tantos estruendos, le genera tanto estrés que hasta convulsionan o tensionan demasiado su físico y sus músculos. Eso hace que físicamente lo sufran».
Comentó que llevó a cabo una reunión entre papás de chicos con autismo en la provincia y empresarios encargados de la pirotecnia. «El tema es concientizar a las personas con más luces y menos ruidos, porque ellos desarrollan mucho conocimiento de la parte visual. Entonces por qué no disfrutar de una Navidad con más luces y menos ruidos. Es un cambio importante a nivel humano, porque ellos tienen la intención de legalizar su trabajo y también la intención de bajar el estruendo y vender pirotecnia legalizada».
Ya son 15 los municipios que se sumaron a esta iniciativa y que no comercializarán elementos pirotécnicos en las próximas fiestas. Se tratan de Tunuyán, Tupungato, Luján, Godoy Cruz, Ciudad, Maipú, Rivadavia, Guaymallén, Malargüe, San Rafael, Las Heras, General Alvear, San Carlos, Lavalle y Santa Rosa. Los únicos tres departamentos mendocinos que no se han plegado son San Martín, Junín y La Paz.