Este tiempo de pandemia puede ser una buena oportunidad para reflexionar y repensarnos cómo estamos viviendo en sociedad y con nosotros mismos. “Inteligencia emocional”, según expresan los nuevos gurús de la neurolingüística.

Todo un desafío el que se nos ha impuesto, ahora, en formato de un nuevo virus, enfermedad y cuarentena. Muchos aseguran que saldremos de este estado e ingresaremos a uno nuevo con algún rasguño, pero también con algo positivo, marcando un antes y un después en nuestras historias de vida.
Sabido es que la humanidad pasó por diferentes situaciones que pudo superar. Si bien algunos se debilitaron, otros se fortalecieron.
Hacía tiempo que no pensábamos como sociedad o como individuos que íbamos a cambiar nuestras costumbres. Sobre todo cuando, al borde del abismo, debimos adoptar nuevos hábitos de una día para el otro.
Tampoco imaginamos que algo nos golpearía con tal fuerza que vernos en este escenario sería perturbador. Mucho menos ver a los demás con otros ojos, ahora con la consideración imperiosa de respetar sí o sí la vida ante esta nueva realidad.
Estamos aún en tiempo de pandemia y cuidarnos entre todos es una responsabilidad que solo nosotros mismos podemos asumir.
Más allá de lo que hemos perdido no cabe dudas que podemos reinventarnos una vez más. Debemos volver a intentar y salir del charco como tantas veces lo hemos hecho. Porque nos toque o no beber el peor trago, nada será más importante que haber aprendido algo.