Desde la Grecia antigua hasta hoy, muchos se preguntan qué es la libertad y cómo se llega a ella. Hoy, en un contexto en el que ese concepto se vio resignificado, la pregunta sigue vigente
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¿Qué es la libertad? Es una pregunta que puede encontrar tantas respuestas como personas existen en este mundo. Los primeros que se lo cuestionaron fueron los filósofos de la Grecia antigua, acaso la cuna del pensamiento. Para determinar qué es la libertad, primero buscaban saber si el hombre la poseía. Después definían en qué consistía esa libertad. Tomando en cuenta la época, los griegos opusieron el concepto del hombre libre al del esclavo.
En la evolución del pensamiento filosófico acerca del concepto de “libertad”, Platón y Aristóteles coincidían en que su concepción estaba ligada a la idea de la autonomía, a la capacidad de decidir por sí mismo.
“Yo creo que la libertad no es un lugar de llegada sino una acción permanente, uno está todo el tiempo liberándose. Esa es la sociedad que yo imagino más libre: que sea cada vez más recurrente nuestra praxis de liberación permanente”, caracterizó el filósofo Darío Sztajnszrajber en una entrevista.
En tiempos de pandemia y cuarentena, la libertad se vio necesariamente resignificada. No fueron pocos los que sintieron que la perdían. “La libertad, la verdadera libertad, es la libertad interior”, tipificó la psicóloga, psicopedagoga y terapeuta familiar María Álvarez Romero (M.N. 41691) .
“Es la que se asocia a la posibilidad de la toma de decisiones. Si bien la realidad externa no se puede cambiar, uno puede hacer uso de su libertad y elegir cómo uno decide vivir esta situación que estamos viviendo. La libertad interior exige sí o sí un trabajo de introspección: la posibilidad de conectarse con los intereses, la posibilidad de automotivarse, de retomar proyectos que se han postergado. Y este repliegue al interior también nos va obligando a conectarnos con lo esencial: los vínculos, la familia y encontrarse con uno mismo. Esta situación de condicionantes externos, que pueden ser interpretados como falta de libertad, los podemos potenciar en un trabajo hacia adentro”, amplió Álvarez Romero.(Shutterstock)
Sin embargo, Álvarez Romero considera que “no todas las personas tienen los recursos emocionales ni educativos ni las condiciones económicas, sociales, habitacionales y demás para poder hacer esto. Hay infinidad de condicionantes que dificultan esto y no todas las personas lo pueden hacer. En ese sentido, surge un concepto tan de moda hoy, que es el de la resiliencia. Tiene que ver con la posibilidad de salir fortalecido de una situación de adversidad, pero ese fortalecimiento va a depender mucho de esas posibilidades que mencioné. No todo el mundo puede hacer esto”.
“La libertad de por sí tiene condicionantes. No existe la libertad absoluta, siempre hay determinados márgenes en los cuales uno puede moverse. Pero me parece que siempre hay alternativas como para poder decidir en pos de buscar el mayor bienestar posible. Además, la libertad también se asocia al concepto de responsabilidad”, cerró Álvarez Romero.
Consejos para trabajar en la libertad interior
Aunque cada persona es un mundo, hay ciertas generalidades que pueden funcionar a la hora de pensar en desarrollar la libertad interior. María Álvarez Romero brinda cinco consejos aunque advierte que quienes estén en la “búsqueda de la satisfacción de las necesidades básicas, tendrán más dificultades a la hora de querer aplicarlo”.
– Realizar un trabajo de introspección, de reconexión con lo que cada uno considera que es esencial en su vida.
– Conectar con lo que más llena el alma: los vínculos, buscar la propia salud, los pequeños momentos de bienestar.
– Desarrollar pequeñas cosas. Cuando uno piensa en grandes cosas, se puede frustar. Es necesario volver a lo esencial y a lo simple, a lo que es posible,
– Proponerse a realizar más cosas placenteras y cotidianas: jugar con un hijo, tomarse un rico café en silencio dentro de su casa, leer un libro.
– El contexto de la pandemia obligó a realizar un balance de fortalezas y debilidades: ver con qué me quiero quedar, si quiero trabajar menos, si quiero ver más a mi familia.