La familia del joven de 20 años asesinado en 2012 estuvo presente en Tribunales y pidió «verdad y justicia». El efectivo de la Bonaerense Rodolfo Lorenzo fue recientemente imputado por asesinato.
En la madrugada del 23 de diciembre de 2012 Mauricio Araujo (20) murió en Formosa y 20 de Septiembre tras recibir un balazo en el estómago disparado por el policía Rodolfo Lorenzo. Durante años, la causa estuvo congelada, con una calificación de “legítima defensa” y, tras numerosos cambios de fiscales, el efectivo de la Bonaerense quedó imputado por el homicidio y este lunes fue citado a declarar en Tribunales.
“Pedimos justicia y verdad. No queremos que nos den la razón, queremos que investiguen, las pruebas están”, cuenta Marisa, la hermana de Mauricio Araujo, mientras cuelga una bandera en la puerta de Tribunales que reza que el joven fue “víctima de gatillo fácil”.
Marisa lleva en una remera una foto de su hermano, a quien recuerda como “un pibe de 20 años, un amor de persona, con un corazón de oro, cero maldad. Esa madrugada se ensañaron con él de una forma que no tiene explicación. Mauricio era la clase de persona por la que se justifica la lucha”.
Y esa “lucha”, para Marisa, fueron 6 años interminables desde que la fiscal María Isabel Sánchez tomó la causa y en las primeras horas había calificado el hecho como “legítima defensa”, hasta que luego siguió pasando por diferentes fiscales -Juan Pablo Lódola, Eduardo Amavet, Leandro Arévalo- hasta que, finalmente, cayó en las manos de la fiscal Andrea Gómez, que reabrió la investigación y el 23 de noviembre de 2018 imputó a Lorenzo por el homicidio de Mauricio Araujo y lo citó a declarar.
“La lucha es interminable y ahora sigue. Esto vuelve a comenzar con la imputación de Lorenzo”, dice Marisa Araujo desde la puerta de Tribunales.
El hecho ocurrió en la madrugada del 23 de diciembre de 2012. Mauricio Araujo había salido a bailar con un primo y un amigo y, cuando volvían del boliche, el auto en el que iban se les quedó en Formosa y 20 de Septiembre.
Según sus palabras, los jóvenes llamaron a otro hermano para que los buscara y los ayudara con el vehículo y, mientras esperaban, Mauricio y su primo fueron hasta “Sochori de dorapa” -una tradicional parrilla que queda sobre la avenida Juan B. Justo- a comprar comida.
En esas circunstancias, un “rondín” que recorría la zona como seguridad vio el vehículo de los jóvenes y, como le pareció una “situación sospechosa” llamó a la policía. Acto seguido, personal del servicio de calle, de civil y armados, fueron hasta el lugar.
Cuando Mauricio y su primo volvieron de comprar comida se encontraron con los efectivos y aquí es que las versión de los hechos se enfrentan. Según sostienen los policías, se produce en un tiroteo en el que desde el arma de Lorenzo se dispara la bala que impacta en el estómago de Mauricio Araujo y lo mata. Según la familia de la víctima esto nunca fue así y toda esa escena fue “plantada”.
Marisa explicó que a su hermano, Lorenzo lo “fusiló”. “Cuando Mauricio llega le dan la voz de alto y disparan al aire. Después Lorenzo dispara y hiere a mi hermano en el codo, él, naturalmente se pone a gritar de dolor hasta que, para hacerlo callar, el efectivo va y le pega con la culata del arma en la cabeza, lo tira al suela y ahí le dispara en el estómago para matarlo”.
“Decidieron que mi hermano no servía más, lo fusilaron en el piso. Aunque se quiso decir lo contrario, que fue un tiroteo, la trayectoria de la bala no se puede negar. Las pericias y las pruebas están de que fue fusilado en el piso”, sostuvo Marisa.
Fuente: La Capital