La pregunta del millón es… ¿Dónde esta la CGT? En medio de la crisis laboral y económica, el movimiento obrero no aparece. En ese punto, distintos referentes sindicales piden una actitud más combativa por parte de la cúpula cegetista, que hasta el momento parece estar a gusto con el Gobierno de Javier Milei, y en paralelo tratan de resolver sus propios problemas como pueden, evitando convocar a una reunión de la «Mesa Chica» y menos el «Consejo Directivo».
«La CGT debe volver a ser protagonisa», dijo un pope gremial a Infobae, quién solicitó no ser identificado. Esta es otra característica que se puso de moda en la central obrera; en pocas palabras las quejas se mantienen en off, y nunca llegan a la conducción del movimiento obrero, por lo tanto el ala dialoguista siempre gana.
Por su parte, cada gremio negocia su paritaria anclándose en el pedido del ministerio de Economía de no superar a la inflación, aunque muchos sindicatos cedieron a este pedido del Gobierno. Ante esto, los salarios continúan perdiendo frente a los precios.
Es más, en las últimas semanas, gremios de peso cedieron ante las presiones del Ejecutivo como Camioneros y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), además de los Gastronómicos, que al mismo tiempo, se transformó en el caso téstigo que el Gobierno quiere replicar en otras paritarias, en línea con la baja inflacionaria; es decir, del incremento del 16% por cuatro meses, al 7,6% por seis meses.
Paritarias que no se homologan
En «modo díscolo», Héctor Daer, quién es además es uno de los conductores de la CGT y referente de la Federación de Trabajadores de la Sanidad (FATSA), no cedió ante las presiones del Ejecutivo y no quiso cambiar la suba del 11,4% para el período octubre-diciembre, en tres tramos (4%, 3,8% y 3,6%), acordando con los empresarios. Y la consecuencia de todo es que la paritaria aún no se homologa.
Del mismo modo, el gremio y las cámaras empresariales deben volver a reunirse este mes para definir un nuevo aumento salarial. El líder del gremio de la Sanidad intenta avanzar con un nuevo incremento salarial, y el secretario de Trabajo, Julio Cordero intentará que la paritaria vaya acorde a la inflación. Además quiere lograr que la pauta salarial se acuerde por una lapso más largo. Desde el entorno del funcionario de la cartera laboral, deslizan que tratan de que Caputo acepte este porcentaje por una necesidad política, ya que avisoran que Daer podría estar torciendo su postura dialoguista e inclinarse hacia una postura más combativa, y si se acuerda su paritaria podría calmar las aguas.
Dos batallas duras para Daer
Pero aquí hay dos cuestiones importantes. Daer este año tiene dos batallas, la primera de ellas es que en este 2025 irá a Elecciones en su sindicato para conseguir otro mandato, y la otra batalla es que habrá un Congreso de la CGT para renovar autoridades. Es por eso que, desde el Gobierno piensan que está virando hacia una posición más dura. De hecho, en Sanidad se está creando una lista opositora luego de la fractura que sufrió el oficialismo en el 2022, cuando un grupo de delegados lanzó la facción disidente 22 de agosto. Daer y su antecesor, Carlos West Ocampo, siempre fueron oposición del trotskismo del MST en ATSA Capital, pero lo que le preocupa es que esta fracción díscolo es de su misma línea peronista.
Sin lugar a dudas, este es un factor que haría que Daer se torne combativo. No puede quedar ante sus bases sellando un acuerdo salarial a la baja, mientras le pide a sus compañeros que lo reelijan. Pero hay rumores que indican que podría ser candidato a Diputado por la Provincia de Buenos Aires en una lista avalada por el Gobernador bonaerense, Axel Kicillof, a lo que a su vez, dependerá del resultado de la «batalla final» entre él (Kicillof) y la Presidenta del Partido Justicialista (PJ), Cristina Kirchner, el referente de la central obrera quiere fortalecer su protagonismo en la CGT para no quedar «ultra-moderado» que cede ante el Presidente, Javier Milei.
La elección de la CGT
Más allá de esto Daer cuenta con el apoyo del resto de los sindicatos que tienen buena relación con el Gobierno, pero a su vez, necesita el respaldo del ala combativa de la CGT, y así tener más adhesiones para que continúe como uno de los secretarios Generales de la central obrera. Muchos indican que si no se mete de lleno en la política, podría ser único candidato a conducir la central obrera. Es más, podría contar con el apoyo de Hugo Moyano, en su versión Zen, olvidándose que en algín momento fue combativo, y en contraposición esta Luis Barrionuevo que difícilmente apoye a Daer, y que además ahora cedió ante el Gobierno Nacional, y aceptó bajar sus pretenciones salariales (del 16% por cuatro meses pasó a un 7,6% por seis meses).
Desde el Gobierno de Javier Milei se alarmaron cuando Daer en «modo combativo» organizó a fines de enero en la sede de la CGT un encuentro con Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y otros grupos de Derechos Humanos (DDHH) para conversar sobre los recortes en el área de Derechos Humanos.

Para terminarla de rematar, Daer dispuso una columna de la CGT en la marcha del pasado 1 de febrero contra los polémicos dichos de Milei en el Foro Económico de Davos, un tema que, como adelantó Infobae, generó divisiones en los referentes de la central obrera. Por eso, a esa reunión cegetista, más allá de las vacaciones e algunos, fueron 11 de un Consejo Directivo de 49 miembros.
Más internas
Sin embargo, a estas internas en la esta CGT ausente. En la sede de la central obrera hablan de cierto enojo de la secretaria de Género, Noé Ruíz (Modelos), frente al avance de Maia Volcovinsky (Judiciales), cosecretaria de Derechos Humanos, en temas que son propios de su área, como la organización de la presencia cegetista en la movilización por el Día de la Mujer.
Como se mencionó anteriormente, cada dirigente sindical trata de resolver sus problemas. El líder de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), Gerardo Martínez hace gestiones para evitar despidos en la Provincia de Santa Cruz por la paralización de las represas, Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. Entre tanto, José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), trata de evitar una posible privatización de AySA, que afecta a los puestos de trabajo, y en esa línea, habla con el Ejecutivo ante los reclamos de las obras sociales por el fin de la triangulación de los aportes.
Y Sergio Romero de la Unión Docentes Argentinos (UDA) intensificó sus reuniones con funcionarios del Gobierno Nacional, ante la inminente convocatoria oficial a la paritaria nacional docente, con un enorme desafío, junto a otros líderes sindicales de la Educación, que es cómo lograr un incremento importante en el sueldo mínimo del sector, que es de $420 mil, mientras que hoy se necesitan $449.314 para no ser indigente.
Como se dijo anteriormente, este año es año electoral, y el sindicalismo peronista hasta el momento está haciendo todo lo posible para fracturarse aún más, para así presionar a los dirigentes políticos del Justicialismo por más lugares en las listas de candidatos e intentar revertir el drástico retroceso que existe en la cantidad de Legisladores de extracción sindical (entre 1973 y 1976 llegaron a ser 39 y hoy apenas ocupan 5 bancas).
El lanzamiento del partido de Luis Barrionuevo
Por su parte, la fractura sindical quedó en evidencial en el Plenario del viernes pasado en la ciudad de Mar del Plata, en el que Barrionuevo junto a otros referentes lanzaron el espacio político Trabaj.AR, espacio que intenta recuperar la esencia del sindicalismo tradicional. Asistieron Roberto Fernández (UTA), Hugo Benítez (Textiles), Juan Pablo Brey (Aeronavegantes) y los «alfiles» del barrionuevismo como Carlos Acuña (Estacioneros y Garagistas), Daniel y Gustavo Vila (Carga y Descarga), Roberto Solari (Guardavidas) y Oscar Rojas (Maestranza). Sin embargo, pegaron el faltazo, Hugo Moyano, Gerardo Martínez, Héctor Daer, Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri y Omar Maturano. Si esto continúa así, con semejante fractura, las candidaturas gremiales,serán fruto de la fidelidad, hacia la líder del PJ, Cristina Kirchner, o de la capacidad de lobby de cada líder gremial. Aquí cada uno defiende su juego.

Por último, en este escenario, con una CGT maniatada y sujete a la agenda de cada gremio, la duda pasa en si en Casa Rosada van a convocar el diálogo tripartito, a los sindicalistas y a los empresarios del «Grupo de los 6». «Queremos discutir una amplia agenda de temas a futuro sobre la producción, el desarrollo y el trabajo», sostuvo un referente del movimiento obrero. Ahora bien ¿Qué quiere el Gobierno?