La primera casa de té de la Patagonia, inaugurada en 1939 con el nombre de Arrayán, «es el sueño hecho realidad» por una joven inglesa de 26 años que llegó hasta el lago Lácar, en San Martín de los Andes, y que hoy es uno de los atractivos turísticos más visitados de la zona.
Alta, delgada, y de una cabellera roja como el fuego, Renée Dickinson arribó a esas lejanas tierras para visitar a su hermano Barney, quien trabajaba como mayordomo en una estancia.
Aspirante a actriz y modelo, se enamoró del lugar con unas vistas exclusivas al Lago Lacar, y comenzó a proyectar la que sería la primera casa de té patagónica, en el kilómetro 4,5 del hoy circuito Arrayan.
Según cuentan sus actuales encargados, el matrimonio conformado por Javier Mujica y Mabel Delature, el nombre del lugar derivó del apodo con el que los amigos llamaban a la joven inglesa, por su apariencia que les hacía recordar a los arrayanes, que no existen en el lugar.
A los pocos años de inaugurada la casa de té, Dickinson sufrió una penosa enfermedad y falleció el 24 de enero de 1943, pasando el establecimiento a manos de su hermano y luego de la hija de éste, Janet Dickinson, hasta sus actuales propietarios.
La construcción de la casa que se inició en 1936 -un año antes de la creación del Parque Nacional Lanín- y finalizó 3 años después, estuvo a cargo del arquitecto Cullen, discípulo de Alejandro Bustillo.
Declarada patrimonio histórico, arquitectónico y cultural en 1995, tiene capacidad para 50 comensales que «en invierno llega a las 120 a 130 personas, o sea que damos dos vueltas de servicio de té, mientras que en verano se llega a las 220 o 250 personas», explicó Mabel en declaraciones a Télam.
Con grandes ventanales que ofrecen una vista inigualable al Lago Lacar, los visitantes pueden deleitarse con una gran variedad de la exquisita infusión, en la que se destacan 21 Tea Blends elaborados por la Tea Blender, Ornella Aristazábal.
«Son tés únicos elaborados con la mezcla de los mejores sabores internacionales de Argentina, Japón, India, Sri Lanka, China y Sudáfrica, entre otros, con los frutos que crecen de forma natural en los bosques y praderas de la Patagonia», detalló la encargada de Arrayan.
Los visitantes pueden solicitar un menú fijo para 4 personas, con un costo de 850 peso per cápita, y que incluye tetera para cada uno, una porción de torta por persona, patisserie, dos sandwiches para cada comensal, y los tradicionales scones.
Se trata del protocolo de té inglés, el «Three Tiers & Tea», la torre de tres niveles con la modalidad del High-Tea, una fusión entre una merienda y una cena.
«La mayoría de los productos se realizan en el horno a leña original de Renée Dickinson que tiene 80 años de existencia, y lo que más pide la gente son los tradicionales scones», contó Mabel, quien además dijo que se pueden solicitar a la carta.
El lugar es visitado por muchos turistas extranjeros, «brasileños en invierno que vienen a esquiar al Cerro Chapelco, y muchos franceses en verano, además de turistas procedentes de Estados Unidos y españoles, entre otros, junto a los nacionales», agregó.
Además de la casa de té, Arrayán cuenta con un sendero para pasear entre cuidados jardines, bosques de pinos, robles y cipreses, entre otras especies.
El recorrido tiene una duración aproximada de unos 20 minutos -muchos lo realizan mientras esperan su reserva- y permite apreciar la primer casa de Renée Dickinson, un anfiteatro natural, y el Lake View Mountain Lodge con 4 habitaciones.