Ya se quemaron más de 10 mil edificios. Las autoridades investigan si el origen de los fuegos estuvo en una falla en una línea de alta tensión.
Los gigantescos incendios que afectan a California desde hace más de una semana ya dejaron 77 muertos y más e 1.300 desaparecidos mientras que los bomberos lograron ganar algo de terreno a las llamas en las últimas horas.
El condado de Butte, en el norte del estado, donde arde el incendio bautizado como «Camp Fire», que con 63 víctimas mortales ya es el más mortífero de la historia californiana, actualizó la lista de personas desaparecidas.
La mayoría de los desaparecidos reside en la población de Paradise, de 26 mil habitantes y que fue completamente consumida por por las llamas.
La localidad se encuentra en la falda de la Sierra Nevada estadounidense, con un clima seco y soleado que en el último medio siglo atrajo a muchos jubilados, lo que ha hecho que la población se triplicase en 50 años.
La mayoría de la gente que aparece en la lista de desaparecidos tiene más de 60 años.
De acuerdo con los cálculos más recientes, el «Camp Fire» quemó un total de 10.321 edificios (8.650 de ellos hogares particulares) y arrasado 56.655 hectáreas.
Pese a que el origen del fuego sigue siendo desconocido y las autoridades mantienen abiertas investigaciones, algunos de los afectados en el norte del estado presentaron una demanda contra la mayor compañía proveedora de gas y electricidad del estado, Pacific Gas & Electric Co. (PG&E).
PG&E reveló la semana pasada que detectó un «problema» en una línea de alta tensión cercana al área donde se declaró el incendio solo unos minutos antes de que se iniciasen las llamas.
Los efectos del fuego alcanzan el área de la Bahía de San Francisco, de unos 7 millones de personas y a 280 kilómetros de distancia del incendio, donde desde el pasado jueves se mantiene activa una alerta por la mala calidad del aire a causa del humo.
Las tres universidades estatales del área, la de San Francisco, la de San José y la del Este de la Bahía suspendieron las clases.