Un informe del Centro de Economía Política Argentina indicó que en entre el 15 de marzo y el 15 de abril hubo más de 12.000 despidos, y más de 230.000 casos de reducciones en los ingresos.
La dicotomía entre apertura y trabajo por un lado, y cuarentena y desempleo por otro, sumó una nueva voz. Un trabajo que publicó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), ligado al oficialismo, señaló que el aislamiento impactó en poco más de 300.000 trabajadores que vieron como perdían sus puestos de trabajo, eran suspendidos o debían negociar sus condiciones salariales.
El trabajo del centro dirigido por Hernán Letcher realiza una cuantificación de despidos, suspensiones y reducciones salariales entre el 15 de marzo y el 15 de abril tomando como metodología “aquellos casos que han cobrado estado público”. Es decir, todos trabajos registrados con presencia sindical o cobertura mediática. Asimismo, diferencia el impacto en tres sectores: rupturas de contratos laborales (despidos), riesgos de ruptura de estos contratos (suspensiones) y riesgo salarial a aquellas situaciones de reducción de ingresos.
En este universo, el CEPA señala que el mes de aislamiento preventivo obligatoria impactó 309.672 trabajadores/as. Ese número está compuesto por 12.609 casos de despidos y suspensiones, siendo 5.386 y 7.223 respectivamente y 297.063 casos de riesgo salarial, en donde más de 230.000 fueron acuerdos entre los gremios y las empresas, 3.070 retraso en los salarios, 54.030 reducciones salariales y suspensiones con reducción salarial (8.480).
Los números se conocieron el mismo día en que cerró la inscripción para aquellas empresas que quieren participar del programa por el cual el Estado cubrirá una parte de los salarios, que buscan complementar programas de los ministerios de Trabajo y de Desarrollo Productivo, para evitar las rupturas contractuales, sostener ingresos de los trabajadores, y evitar el quiebre de empresas.
El trabajo realiza una apertura por sectores y señala que en comercio “no se percibe un incremento sensible de despidos, y prevalecen los casos de reducciones salariales, particularmente en comercios de expendio de comidas y suspensiones con reducción salarial, en el sector de venta de electrodomésticos».
En el caso de los despidos, el sector más afectado es el de la Construcción, y en industria, el sector metalúrgico sumó 745 despidos en el período seleccionado y el acuerdo de UOM y las cámaras empresarias que consiste en suspender despidos por 120 días a cambio de reducir el salario al 70%. Los trabajadores de metales alcanzan unos 126.000 casos.
Algo similar sucedió con los trabajadores de hidrocarburos que operan en Vaca Muerta que también anunció suspensión de despidos por 60 días y salarios al 70%. Entre los servicios, se destaca lo relacionado con recreación y Turismo, donde se produjeron cuantiosas suspensiones.
Con estos números, los investigadores de CEPA destacaron que, a pesar de la “crítica situación” que transita la Argentina como consecuencia del freno aún mayor que está teniendo la economía a raíz de la pandemia, “no se percibe en el período seleccionado (15 de marzo a 15 de abril) una cantidad numerosa de casos de despidos”.
A la hora de señalar por qué, a pesar de la crisis económica, los despidos se mantienen en estos parámetros y aún no se dispararon, indicaron que es consecuencia del decreto 329 publicado el 31 de marzo en donde se prohíben por 60 días los despidos. Tanto es así que el relevamiento realizado señala que ascienden a 5.386 y el 60% se concentra en 4 casos.
Pero ese decreto fue el que incentivó la suspensiones, que son el segmento que se está viendo cada vez más presente en las negociaciones entre las empresas y cámaras y los trabajadores y sindicatos. El nuevo inconveniente y que está poniendo ansiosos a muchos sectores es que los acuerdos de reducciones laborales están cayendo por el programa del gobierno que ayuda a pagar el 100% de los salarios.
En total, el Ejecutivo nacional lanzó al mercado diferentes herramientas en la búsqueda de sostener el empleo y la actividad económica por el equivalente a tres puntos porcentuales del Producto Bruto de la Argentina.