“Yo, Ennio Morricone, he muerto”. Así empieza una carta escrita por el famoso compositor italiano, fallecido este lunes a los 93 años, para despedirse de sus familiares y amigos y en la que “renueva” su amor a su esposa, Maria.
Morricone, autor de algunas de las bandas sonoras más famosas de la historia del cine, falleció en la madrugada de este lunes en la clínica romana en la que permanecía ingresado por las complicaciones surgidas tras caerse días atrás y romperse el fémur.No quiero molestar
Enseguida las puertas de la clínica Campus Bio Médico de la capital se llenaron de prensa y el abogado y amigo del compositor, Giorgio Assumma, salió para leer una curiosa carta de despedida de Morricone, que será publicada mañana en los principales periódicos del país.
“Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto”, empieza la misiva.
El compositor, ganador de dos premios Oscar, explica que solo hay una razón para despedirse de este modo: “No quiero molestar”.Imagen de archivo de Ennio Morricone (dcha) y su esposa, Maria Travia, (c) en Roma. EFE/EPA/ANS/Archivo
Un recuerdo “particular” se lo dirige a Peppucio, el director Giuseppe Tornatore, para quien trabajó en todas sus películas, y a su esposa, Roberta Pacetti: “Amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida”, sostiene.
También cita a algunos amigos y a sus hermanas, Adriana, Maria y Franca; a sus cuatro hijos, Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni; y a sus nietos, Francesca, Valentina, Francesco y Luca.Espero que entiendan cuánto los he amado
Y en último pero especial lugar a su esposa, Maria Travia, con la que compartió su vida desde que se conocieran en 1950. “A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. A ella es mi más doloroso adiós”, termina.
A continuación, la carta completa:
Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto.
Pero un recuerdo particular es para Peppucio y Roberta, amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida.
Hay sólo una razón que me empuja a despedirme de este modo y a tener un funeral privado: no quiero molestar.
Saludo con mucho cariño a Ines, Laura, Sara, Enzo y Norbert por haber compartido conmigo y con mi familia gran parte de mi vida.
Quiero recordar con amor a mis hermanas Adriana, Maria y Franca y sus seres queridos y hacerles saber cuánto las quise.
Un saludo lleno, intenso, profundo a mis hijos Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni, mi nuera Monica y a mis nietos, Francesca, Valentina, Francesco y Luca.
Espero que entiendan cuánto los he amado.
Por último María (pero no última). A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar.
A ella es mi más doloroso adiós.